Salud

¡Impactante! Los disruptores endocrinos: los químicos invisibles que amenazan nuestra salud

2024-10-10

Autor: Francisco

El médico e investigador Nicolás Olea no escatima en palabras al afirmar que “los niños españoles orinan plástico”. Esta afirmación, aunque alarmante, es respaldada por estudios que revelan la presencia de perfluorados, químicos altamente persistentes, en la sangre de la población y en la leche materna. Esta situación ilustra la alarmante exposición humana a los disruptores endocrinos, compuestos que pueden imitar las hormonas naturales y son responsables de diversas afecciones de salud.

Los disruptores endocrinos están en todas partes: en productos cosméticos, en envases de alimentos y en productos de higiene personal. La investigación sobre estos químicos es abundante, y la evidencia sugiere que es necesario tomar medidas preventivas. Además de los perfluorados, otros disruptores comunes incluyen plaguicidas, bisfenol-A y parabenos, todos ellos vinculados a problemas de salud como el cáncer, la diabetes, la obesidad y trastornos neuropsiquiátricos.

Los disruptores endocrinos funcionan alterando la red de comunicación hormonal del cuerpo. Pueden interferir con la síntesis y transporte de hormonas, distorsionando incluso el crecimiento de las células que producen hormonas. Según Olea, se han identificado más de 2,000 químicos con capacidad de alterar procesos endocrinos, aunque muchos expertos creen que este número es solo la punta del iceberg.

Una de las preocupaciones más grandes es cómo estas sustancias afectan a los jóvenes. En especial, se ha identificado que la etapa prenatal es vulnerable; estudios han relacionado la exposición prenatal a determinados ftalatos con retrasos en el desarrollo del lenguaje en niños. Además, la etapa prepuberal también es crítica, ya que el cuerpo comienza a prepararse para la actividad hormonal.

El director del Programa de Medio ambiente y salud de ISGlobal, Martine Vrijheid, apunta que, a pesar de que las concentraciones de estos químicos en sangre son bajas, se necesita más información sobre sus efectos en la salud a largo plazo, incluso a estos niveles. También se han señalado preocupaciones sobre los retardantes de llama y los ftalatos, conocidos por sus vínculos con la infertilidad y otros problemas de desarrollo.

Con la creciente preocupación por la exposición a múltiples disruptores, se hace urgente investigar cómo las combinaciones de estos químicos afectan nuestra salud metabólica. Estudios recientes sugieren una relación entre exposiciones combinadas y el aumento de condiciones como la obesidad y la diabetes a lo largo de la vida.

Los expertos piden una mejor regulación y etiquetado de productos para ayudar al público a reducir su exposición a estos disruptores. Las medidas individuales como reducir el consumo de alimentos enlatados y no calentar alimentos en recipientes de plástico pueden ser útiles, pero se subraya que las políticas que aborden la producción y uso de químicos nocivos pueden tener un mayor impacto. A pesar de la necesidad apremiante de acción, el avance de la industria a menudo sobrepasa el ritmo de la investigación científica y las regulaciones adecuadas.

La situación actual es un recordatorio escalofriante de que, aunque invisibles, estos químicos pueden tener un efecto devastador en nuestra salud y la de las futuras generaciones. La lucha para identificar y regular los disruptores endocrinos continúa, y es vital que los ciudadanos se mantengan informados y activos en la búsqueda de un entorno más seguro.