Las elecciones en Rumanía han dado un giro inesperado, revelando la profunda desconexión entre las encuestas y la realidad del electorado. El candidato prorruso, Calin Georgescu, sorprendió a todos al ganar las elecciones, a pesar de que las encuestas le otorgaban solo un 5% de apoyo. Con una participación del 52,5%, el resultado pone en tela de juicio la credibilidad de los sondeos previos.

Además, a la par de esta segunda vuelta electoral, programada para el 1 de diciembre, se llevarán a cabo elecciones parlamentarias que determinarán quién gobernará el país durante los próximos cuatro años. Un hecho que podría modificarse drásticamente tras esta victoria sorpresiva.

La campaña llegó a atraer un 15% de los votos, un resultado inesperado para George Simion, líder de la nacionalista Alianza para la Unión de Rumanos. Simion, conocido por su admiración hacia Donald Trump y otros líderes de la extrema derecha, ha sorprendido al electorado, quienes esperaban que avanzara a la segunda vuelta.

Los analistas de la cadena Antena24 y expertos en política local indican que la candidatura de Georgescu se ha visto impulsada por un fuerte descontento hacia la política tradicional. Su retórica sobre la soberanía nacional y la protección de los intereses rumanos resonó con un número significativo de votantes, especialmente entre los jóvenes, gracias a su campaña masiva en redes sociales, centrada en TikTok.

La situación económica del país es crítica. Con el mayor déficit presupuestario de la Unión Europea, el actual primer ministro, Marcel Ciolacu, enfocó su campaña en el aumento del gasto público, prometiendo no subir impuestos. Mientras tanto, mantiene un firme apoyo a la posición de la OTAN sobre la guerra en Ucrania. En contraste, Georgescu ha criticado fuertemente a la Alianza, afirmando que no protegerá a Europa de una posible agresión rusa, y lamentando la presencia del escudo antimisiles estadounidense como una "vergüenza diplomática".

En este contexto, el periodista Lasconi, quien se unió a la Unión Salvemos Rumanía (USR) en 2018, ha abogado por un incremento del gasto en defensa y el apoyo continuo al Gobierno ucraniano frente a Rusia. Las encuestas fallidas inicialmente pronosticaban que podría ganar la segunda vuelta si lograba pasar, pero ahora, la situación ha cambiado radicalmente, sorprendiendo a todos y abriendo un nuevo capítulo en la política rumana. ¿Qué implicaciones tendrá esta elección en el futuro del país y su posición en Europa? La incertidumbre está en el aire.