¡No podrás creer lo que ocurrió en el Elíseo! Matilde de Bélgica y Brigitte Macron sorprendieron a todos al llegar vestidas casi de la misma manera durante una opulenta cena de gala el 14 de octubre. Este evento marcó una nueva visita de Estado de los Reyes belgas a Francia, un país vecina con el que mantienen estrechos lazos históricos y culturales.

La cena comenzó con una cálida bienvenida por parte de Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, quienes recibieron a Felipe y Matilde en la elegante entrada del palacio. Ambos matrimonios posaron para los medios, ofreciendo una imagen de sofisticación y camaradería.

Matilde deslumbró con un vestido de terciopelo azul noche, adornado con exquisita pedrería en la parte superior. Su estilo fue realzado por un clásico moño que, sorprendentemente, no incluyó una tiara a pesar de la formalidad de la ocasión. Este detalle demuestra su enfoque moderno y relajado hacia la moda real.

Por otro lado, Brigitte optó por un vestido largo negro que presentaba encaje en la parte superior y las mangas. Su diseño compartía el mismo efecto babero que el de Matilde, creando así una curiosa similitud. Complementó su look con accesorios metalizados, incluyendo un clutch y tacones en plata. El recogido de su cabello también fue un homenaje a su invitada, mostrando una sutil conexión entre ambas.

Durante la cena, el Rey Felipe pronunció un emotivo discurso, resaltando los lazos entre Bélgica y Francia, especialmente a raíz de los recientes Juegos Olímpicos, que tuvieron lugar en París. "Este evento ha sido una ocasión para unir a las naciones y celebrar valores universales como el respeto y la dignidad, demostrando que en cada victoria y derrota somos parte de una misma familia global", afirmó el rey, dejando a la audiencia reflexionando sobre la importancia de la unidad en tiempos de división.

En un momento adicional, se mencionó que Matilde también había deslumbrado en su llegada a Francia esa mañana con un conjunto de Dior. Elegante y renovado, con un toque 'new look', vestía en color granate, un gesto sutil que habla del aprecio hacia la moda francesa, que ha influido en muchos diseñadores alrededor del mundo.

Este encuentro se convierte en otro hito significativo en las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, y no hay duda de que las apariciones de Matilde y Brigitte han dejado huella en la historia de la moda y la diplomacia.