¡Increíble! El ADN de Beethoven revela secretos inesperados sobre su salud y linaje familiar
2024-11-18
Autor: María
Ludwig van Beethoven, el legendario compositor que revolucionó la música clásica, ha sido objeto de interminables investigaciones tanto por su magnífico legado musical como por los misterios que rodearon su vida personal y su salud. A casi dos siglos de su fallecimiento, su figura sigue fascinando a expertos e aficionados a la música. En un sorprendente hallazgo de 2023, un estudio publicado en Current Biology ofrece nuevos datos sobre las enfermedades que padeció Beethoven y desvela secretos sorprendentes sobre su linaje familiar.
Beethoven murió el 26 de marzo de 1827 a los 56 años, tras una vida intensa marcada por su genialidad creativa y severas adversidades físicas. A partir de finales de la veintena, comenzó a perder su audición, quedando completamente sordo a los 40 años. Este obstáculo no fue solo un desafío, sino que se convirtió en un elemento definitorio de su obra. A pesar de esta dificultad, creó algunas de las composiciones más influyentes de la historia, incluyendo su emblemática Novena Sinfonía. Sin embargo, sus problemas de salud iban más allá de la pérdida auditiva, incluyendo dolencias gastrointestinales crónicas y complicaciones hepáticas que finalmente condujeron a su muerte.
En su testamento, Beethoven expresó su deseo de que su enfermedad colaborara en futuros avances médicos, lo cual se ha empezado a materializar 200 años después gracias a innovaciones científicas. En un estudio de 2023, un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva llevó a cabo un análisis genético en cinco mechones de cabello atribuibles al famoso compositor. Este trabajo, uno de los más exhaustivos sobre su salud, ha proporcionado pistas cruciales y ha rectificado teorías anteriores respecto a su condición.
Cirrosis, Hepatitis B y alcohol
El análisis genético reveló que Beethoven tenía una predisposición genética a desarrollar enfermedades hepáticas, potencialmente exacerbada por su consumo excesivo de alcohol. Más aún, se identificó evidencia de una infección crónica por hepatitis B, que se encontraba presente al menos en los últimos meses de su vida. Johannes Krause, del Instituto Max Planck, indicó: 'Aunque no se pudo determinar con exactitud el momento en que contrajo la hepatitis B, está claro que esta infección fue un factor clave en su salud y pudo haber precipitado su muerte'.
La combinación de estos factores—risgos genéticos, el consumo de alcohol y la infección hepática—apoya la teoría de que Beethoven murió debido a cirrosis, contradictoria con antiguas creencias que apuntaban a un posible envenenamiento por plomo, ahora desmentido por investigaciones recientes.
Además, estudios previos han sugerido que Beethoven pudo haber padecido intolerancias alimentarias que incrementaron sus problemas gastrointestinales. Sin embargo, este nuevo análisis no logró identificar una causa genética clara ni para su sordera ni para sus dificultades digestivas. Krause subrayó la complejidad de estos problemas de salud, añadiendo que condiciones como la celiaquía fueron descartadas. Se halló, de hecho, que Beethoven poseía cierta resistencia genética al síndrome del intestino irritable.
Discrepancia en el linaje
Una de las revelaciones más impactantes del estudio fue el descubrimiento de una discrepancia genética en la línea paterna de Beethoven. Al examinar los cromosomas Y de los mechones auténticos del compositor, se observó que no coincidían con los de descendientes actuales que comparten un ancestro común desde el siglo XVI. Este hallazgo plantea la intrigante posibilidad de un caso de 'paternidad extrapareja' en su ascendencia directa entre los siglos XVI y XVIII.
El antropólogo biológico Tristan Begg, principal autor del estudio, comentó: 'Descubrimientos así nos muestran que incluso las figuras históricas más analizadas pueden tener secretos familiares que han perdurado a lo largo de los siglos'.
Verificación de los mechones
El equipo de investigación llevó a cabo una minuciosa verificación de la autenticidad de ocho mechones de cabello atribuidos a Beethoven, que provenían de colecciones tanto de Europa como de Estados Unidos. De estos, cinco resultaron ser verdaderos, mientras que otros, como el famoso 'mechón Hiller', se confirmaron como pertenecientes a una mujer, y por ende fueron descartados. Estas conclusiones no solo refuerzan las nuevas revelaciones, sino que también cuestionan teorías previamente aceptadas como el envenenamiento por plomo.
Beethoven deseaba que su salud fuera objeto de estudio para el avance de la ciencia, y estamos cumpliendo esa voluntad con el rigor que él se merece,' concluyó Begg. A medida que avanzan las investigaciones genéticas, el genoma del maestro se convierte en una herramienta fundamental no solo para entender al hombre detrás de la música, sino también las complejidades de la vida humana en el pasado.