¿Tienes un viejo teléfono móvil o un ordenador que ya no usas? ¡No lo tires! Podría estar escondiendo un pequeño tesoro en forma de oro de 22 quilates. Muchos de nosotros solemos deshacernos de estos dispositivos sin pensar en su potencial valor. Sin embargo, lo que no sabemos es que dentro de la electrónica que consideramos chatarra, hay metales preciosos esperando a ser recuperados.

Investigadores de la ETH de Zúrich han hecho un descubrimiento fascinante sobre la forma en que podemos recuperar oro de dispositivos electrónicos desechados. Según su estudio, estos dispositivos contienen no solo cobre y cobalto, sino cantidades significativas de oro, que pueden ser extraídas de forma eficiente y sostenible.

El oro presente en la estructura de los dispositivos electrónicos se puede obtener mediante un nuevo método que utiliza una innovadora esponja hecha de una matriz proteica. Esta técnica no solo es más eficaz, sino también más segura y respetuosa con el medio ambiente que los procesos tradicionales, que a menudo requieren el uso de productos químicos nocivos.

Raffaele Mezzenga, líder del equipo de investigación, expresó su asombro al descubrir que la nueva esponja tenía una capacidad de absorción de oro mucho mayor de lo que esperaban. ¡Imagina poder transformar residuos en oro! El proceso es tan simple como recuperar las placas base de antiguos ordenadores, disolver sus componentes metálicos en un ácido especial para así ionizar los metales, y luego usar la esponja para atrapar todos esos valiosos iones de oro.

En un impresionante experimento, los científicos lograron obtener una pepita de oro de 450 mg, con una pureza del 91% de oro, lo que equivale a 22 quilates. Este descubrimiento no solo podría revolucionar la manera en que manejamos la electrónica desechada, sino que también representa una oportunidad para crear un ciclo de reciclaje que beneficia tanto al medio ambiente como a nuestra economía.

Así que antes de deshacerte de tu viejo dispositivo, considera que podrías estar tirando un pequeño tesoro. ¡La próxima vez que limpies tu casa, no subestimes el valor oculto en tus antiguos aparatos electrónicos!