
¡Increíble! La tasa de curación del cáncer de cérvix puede superar el 90% gracias a la detección precoz
2025-03-25
Autor: Carmen
La ginecóloga Rocío Labrador Baena, del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa en Andalucía, revela datos alarmantes sobre el cáncer de cérvix: cada año se diagnostican entre 300 y 400 casos en la región. A nivel nacional, la cifra asciende a aproximadamente 2500 casos anuales, y en Sevilla, se estima que alrededor de 150 mujeres reciben este diagnóstico de cáncer de cérvix invasivo cada año. Notablemente, la mayoría de los casos se presentan en mujeres entre los 40 y 45 años, lo que resalta la importancia de las revisiones regulares.
Labrador Baena enfatiza que en las etapas iniciales, el cáncer de cérvix a menudo no presenta síntomas evidentes. Esto subraya la crucial necesidad de participar en programas de cribado y acudir a exámenes ginecológicos anuales. En etapas más avanzadas, los síntomas pueden incluir manchado o sangrado fuera del ciclo menstrual, incluso sangrado tras relaciones sexuales y, en algunos casos, flujos vaginales anormales o malolientes. Ante estos signos, es esencial realizarse una revisión ginecológica para descartar condiciones más graves.
Un dato alarmante: el virus del papiloma humano (VPH) puede permanecer latente en el cérvix y, en muchos casos, el sistema inmunológico lo elimina. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de mujeres, el virus provoca lesiones precoces que, con el tiempo, pueden derivar en cáncer de cérvix, generalmente una década después de la infección. La infección por VPH es actualmente reconocida como la infección de transmisión sexual más común; se estima que el 80% de la población sexualmente activa estará en contacto con el virus a lo largo de su vida, y este virus está relacionado con más del 95% de los cánceres de cérvix.
La vacunación y los cribados: aliados vitales
Rocío Labrador Baena recalca que el cáncer de cuello uterino es prevenible. Se puede reducir el riesgo de infección mediante prácticas seguras en las relaciones sexuales, como el uso adecuado de preservativos. Además, la vacunación, que se recomienda a los 12 años antes del inicio de las relaciones sexuales, resulta fundamental para minimizar el riesgo de contagio y la progresión hacia lesiones más graves. Curiosamente, se ha demostrado que la vacunación beneficia también a aquellos que ya han estado expuestos al virus, ayudando a combatir sus efectos.
Los programas de cribado son igualmente cruciales. Se recomienda comenzar a partir de los 25 años, ya que son extremadamente efectivos para detectar lesiones precoces. Actualmente, la combinación de citología con la detección de VPH ha mostrado una alta sensibilidad, permitiendo diagnósticos y tratamientos en etapas muy iniciales, algo que ha contribuido notablemente a la disminución del cáncer de cérvix en los últimos años. Con estas estrategias, la tasa de curación del cáncer de cérvix se eleva a más del 90%.
Otros factores de riesgo asociados al VPH
Sin embargo, la doctora advierte que también existen otros factores de riesgo que facilitan la persistencia del VPH, como el tabaquismo, tratamientos inmunosupresores, la presencia de otras infecciones de transmisión sexual, e incluso el uso prolongado de anticonceptivos orales por más de cinco años, que puede aumentar la exposición al VPH. Además, el VPH no solo está vinculado al cáncer de cuello uterino: también puede causar cánceres en otras partes del cuerpo, como el ano, pene, vagina, vulva y orofaringe, así como problemas benignos como verrugas genitales y papilomatosis respiratoria recurrente (PRR). Las estadísticas y avances en la prevención y detección temprana son un claro llamado a la acción para todas las mujeres.