Los usuarios de iPhone que instalen la última versión beta pública de iOS tienen una nueva función emocionante: la capacidad de realizar un test de audición a través de sus AirPods. Este avance fue destacado durante la presentación de los nuevos iPhone el pasado mes de septiembre, marcando un paso significativo de Apple en el ámbito de la salud auditiva.

Sin embargo, esta funcionalidad está disponible únicamente para los AirPods Pro de segunda generación, lanzados hace más de un año. Para acceder al test, simplemente hay que dirigirse a la página de ajustes del iPhone, dentro del menú Bluetooth. Con la actualización del software interno (7B21), los AirPods también notifican proactivamente a los usuarios sobre la posibilidad de realizar la prueba.

El test es bastante sencillo; con los auriculares puestos y la cancelación de ruido activa, se le pide al usuario que toque la pantalla del teléfono al escuchar tonos de diferentes volúmenes y frecuencias. La duración total del test es de aproximadamente cinco minutos, tras lo cual se genera un informe detallado sobre la pérdida auditiva en decibelios y un gráfico de respuesta auditiva.

Según la OMS, alrededor de 1.500 millones de personas sufren de pérdida auditiva, una afección que raramente recibe la atención que merece. La Dra. Shelly Chadha, responsable de salud auditiva en la organización, señala que es crucial detectar los problemas de audición de manera temprana para evitar un impacto mayor en la calidad de vida.

La buena noticia es que toda la información recopilada se almacena de forma privada en la aplicación de Salud del iPhone y se puede obtener una copia en PDF para ser presentada a un especialista.

Sin embargo, hay que tener en cuenta una limitación: en España, los AirPods no podrán ser utilizados como audífonos a partir de los resultados del test, a diferencia de otros países europeos donde esta opción sí está disponible. En estos lugares, después de realizar el test, los AirPods pueden ajustarse para compensar la pérdida auditiva, particularmente en casos leves, lo que representa una alternativa mucho más económica en comparación con audífonos convencionales, que pueden costar miles de euros.

La situación legal en España prohíbe el uso de estos dispositivos como audífonos, ya que sólo se permite la venta de audífonos como dispositivos médicos certificados. Aunque actualmente no está disponible esta función en el país ibérico, se anticipa que en el futuro la regulación podría cambiar, permitiendo un acceso más amplio a la tecnología auditiva para aquellos que la necesitan.