En un devastador suceso que ha marcado un nuevo hito en el conflicto, el ejército israelí ha llevado a cabo un brutal bombardeo en Gaza, causando la muerte de al menos 88 personas en varias residencias. Este ataque se produce en medio de un contexto de creciente violencia, donde la situación humanitaria es cada vez más crítica. Las autoridades locales informan de un número indeterminado de desaparecidos bajo los escombros, mientras la población sufre la falta de ambulancias para evacuar a los heridos a hospitales, que ya están colapsados.

Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos), indicó que el 80% de la Franja de Gaza ha sido declarada "zona de alto riesgo", donde los habitantes se ven obligados a huir en busca de lo más básico: sobrevivir. El norte de Gaza, que ha estado viviendo bajo un cerco intenso desde hace más de 40 días, ha sido la zona más afectada. La onda expansiva de estos bombardeos ha convertido a áreas como Beit Lahiya en escenarios de tragedia, donde un solo ataque mató a 66 personas mientras dormían.

Los médicos locales, como Hussam Abu Safia, director del hospital Kamal Adwan, han declarado que carecen de los recursos médicos fundamentales y han alertado sobre el sufrimiento de las víctimas, que son atendidas sin los insumos apropiados debido a los constantes bombardeos que impiden el normal funcionamiento de los servicios de salud. La masacre reciente ha elevado el número total de muertes palestinas en este conflicto a más de 44,000.

En otro frente, el grupo armado libanés Hezbolá realizó su primer ataque con misiles contra el sur de Israel, en respuesta a la escalada del conflicto. Este ataque fue dirigido a la base aérea de Hatzor y se considera un acto de represalia por las agresiones israelíes. Un cohete adicional dejó un joven muerto en la ciudad israelí de Nahariya, intensificando aún más la tensión entre ambos países.

Mientras tanto, el enviado de Estados Unidos, Amos Hochstein, se encuentra en el esfuerzo de negociar un alto el fuego con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Hochstein expresó su optimismo sobre alcanzar un acuerdo, pero la situación sigue siendo extremadamente volátil.

No hay duda de que la violencia en Gaza y el sur de Israel está lejos de apaciguarse; la incertidumbre y el sufrimiento humano continúan dominando una crisis que ya dura más de un año.