La situación ha tomado un giro inesperado en el proceso de fusión entre BBVA y Banco Sabadell. La Audiencia Nacional ha admitido la solicitud de UGT, el sindicato de trabajadores, para participar en el caso. Esta noticia se suma a la reciente admisión de la reclamación de Foment del Treball, la patronal catalana, quienes temen que la fusión provoque despidos masivos, estimando que podrían ser hasta 4.000, según declaraciones anteriores del propio Banco Sabadell.

Ahora, la Audiencia Nacional ha otorgado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) un plazo de 20 días para entregar el expediente relacionado, ya que se quiere analizar la decisión que impidió a terceros presentar sus alegaciones sobre la operación. Cabe resaltar que la CNMC no permitió casi ninguna participación, salvo la de Banco Sabadell.

La entidad vallesana ha manifestado preocupaciones sobre el impacto de la fusión en las pequeñas y medianas empresas (pymes), sugiriendo que la CNMC debería exigir a BBVA que venda parte de su negocio en este segmento como condición para que la fusión sea aprobada. Sin embargo, fuentes financieras indican que esta opción no está entre las estrategias de la CNMC, que sigue trabajando en condiciones que sean “perfectamente asumibles” para BBVA.

Además, la queja de las organizaciones empresariales no se limita solo a Cataluña; Cepyme, que representa a las pequeñas y medianas empresas a nivel nacional, ha emitido un comunicado pidiendo inclusión en el análisis del proceso. Resaltan que el carácter delicado de la concentración propuesta y sus implicaciones en aspectos críticos, como el acceso al crédito, hacen necesario considerar las opiniones de todas las partes afectadas.

Esta frenética situación plantea muchas interrogantes sobre el futuro del sector bancario en España y cómo afectará la fusión a los empleados y a las pequeñas empresas, un tema que promete seguir acaparando titulares en los próximos días.