
La desconfianza hacia EE. UU. se extiende al flanco monetario: el BCE se prepara para lo peor bajo Trump
2025-03-26
Autor: Laura
La desconfianza hacia Estados Unidos está alcanzando niveles alarmantes en Europa, exacerbados por la administración de Donald Trump. Esta situación ha llevado a los líderes europeos a reconsiderar sus alianzas y establecer planes de contingencia que hace poco parecían inimaginables. En medio de una creciente incertidumbre respecto a la alianza militar con Washington, Bruselas ha comenzado a aconsejar a los ciudadanos europeos que almacenen reservas esenciales como agua, medicamentos, baterías y alimentos para sobrevivir durante 72 horas sin asistencia externa, preparándose para crisis potenciales, incluyendo la posibilidad de conflictos bélicos.
La desconfianza también se ha manifestado en el ámbito monetario. Recientemente, Reuters informó que funcionarios del Banco Central Europeo (BCE) han sostenido conversaciones informales sobre su confianza en la Reserva Federal de EE. UU. para obtener financiación en dólares en tiempos de volatilidad en los mercados. Si bien muchos expertos del BCE consideran poco probable que la Fed deje de cumplir con sus compromisos monetarios, la mera discusión sobre esta posibilidad indica un clima de inquietud y sospechas sobre la posible política de Trump, que podría forzar a la Reserva Federal a distanciarse de sus acuerdos con Fráncfort.
El BCE forma parte de una red de líneas de swap con cinco grandes bancos centrales: Canadá, Japón, Suiza, Inglaterra y EE. UU., lo que establece un mecanismo crucial para proporcionar liquidez en divisas diferentes al euro durante momentos de crisis. Este sistema es vital, ya que alivia las tensiones en los mercados de financiación internacional, especialmente cuando el riesgo de no prestar se agudiza, como se vio durante la Gran Recesión.
De hecho, durante la crisis de 2008, el BCE no solo facilitó financiación en dólares, sino que también utilizó francos suizos, y en la reciente pandemia, reactivó rápidamente estas líneas de swap, mostrando su disposición para inyectar liquidez en diversas divisas. Esto es clave, dado que el acceso a dólares se torna crítico para bancos europeos que financian el comercio internacional, pero que tienen pasivos en euros.
Ignacio de la Torre, economista de Arcano Partners, señala que la estructura de los intercambios de divisas es esencial para la estabilidad financiera. Si las entidades no pueden acceder a dólares en situaciones de estrés, se pueden enfrentar a problemas graves, como ocurrió durante la crisis económica de 2008.
Sin embargo, De la Torre también opina que es altamente improbable que estos acuerdos se interrumpan. Primero, porque pese a las críticas constantes de Trump hacia la Fed, es poco razonable pensar que él pueda interrumpir su independencia. En segundo lugar, sería perjudicial para EE. UU.; romper estos acuerdos podría llevar a una búsqueda acelerada de alternativas al dólar como moneda de reserva mundial, algo que no beneficiaría a los intereses estadounidenses.
El economista Javier Santacruz contextualiza esta desconfianza en el marco más amplio de las tensiones entre Europa y EE. UU., que ya han parado en controversias comerciales y militares. A medida que los consensos de posguerra se desmoronan, la estabilidad del sistema financiero global, que históricamente ha dependido del dólar y de la Fed, se encuentra bajo una presión sin precedentes. Con Trump en el poder, está surgiendo un nuevo y peligroso capítulo que podría transformar dramáticamente el equilibrio monetario mundial.