El mes de junio pasado, Jenni Hermoso y Misa Rodríguez se convirtieron en el blanco de ataques homofóbicos desprovistos de razón tras una fotografía en la que se les veía disfrutando de unas vacaciones juntas. Esta imagen provocó una oleada de insultos en redes sociales, donde se replicaron comentarios degradantes que reflejan la dura realidad de la homofobia en el fútbol femenino. "¿Tambié...

Este incidentó no fue un caso aislado. Recientemente, Sam Kerr y Kristie Mewis compartieron la emocionante noticia de que se convertirán en madres, un momento que debería haber estado colmado de alegría. Sin embargo, la respuesta a su feliz anuncio fue una avalancha de comentarios homofóbicos que fuerzan a estas atletas a desactivar los comentarios en sus publicaciones. La inundación de odio llegó a ser tan intensa que el Chelsea, club en el que juega Kerr, se vio obligado a emitir un comunicado condenando esta conducta. En él se dejaba claro que "no hay lugar en la sociedad para ninguna forma de discriminación" y reafirmaban su compromiso con un entorno diverso e inclusivo.

Millie Bright, defensora del Chelsea y compañera de Kerr, expresó su frustración ante esta situación, señalando que, de no ser por su profesión, consideraría abandonar las redes sociales debido al abrumador y tóxico contenido que a menudo las inunda. "No deberíamos tolerar ni un minuto más este tipo de comportamiento", afirmó Bright.

Sarina Wiegman, entrenadora de la selección inglesa, también se pronunció sobre el tema, describiendo los hechos como "muy decepcionantes" y manifestando su apoyo hacia Kerr y Mewis. En contraste, Jen Beattie, defensora del Arsenal e internacional con Escocia, fue aún más directa al manifestar que el fútbol femenino, a pesar de sus avances, aún tiene que lidiar con un fuerte rechazo homofóbico que no se refleja en el mismo grado en el fútbol masculino.

Chelsea Pride, una plataforma del club para la comunidad LGBTQ+, calificó el abuso hacia Kerr y Mewis como "desgarrador" y afirmó que "la homofobia no tiene cabida en el fútbol, en el Chelsea o en nuestra sociedad". En su comunicado, la organización subrayó la angustia de tener que cerrar comentarios en publicaciones que deberían celebrar momentos brillantes y felices.

La situación actual del fútbol femenino contrapone su crecimiento y aceptación social con persistentes actitudes homofóbicas, una dichotomía que requiere atención inmediata. Las redes sociales, como plataformas de interacción, deben ser espacios seguros y positivos, y es crucial que tanto los aficionados como los organismos deportivos trabajen para erradicar cualquier forma de odio que persista en este deporte.