
La SEOR destaca la importancia del oncólogo radioterápico en el tratamiento del cáncer de cuello uterino
2025-03-24
Autor: David
El 26 de marzo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino, una fecha que resalta la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y los tratamientos efectivos para uno de los cánceres ginecológicos más prevenibles del mundo. En este contexto, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) hace un llamado claro: la radioterapia sigue siendo un pilar fundamental para el tratamiento del cáncer de cuello uterino localmente avanzado, y el papel del oncólogo radioterápico es más crucial que nunca.
En España, se diagnostican anualmente más de 2.300 casos nuevos de cáncer de cuello uterino, en una cifra que contrasta con los más de 600.000 casos que se reportan a nivel global. Gracias a la implementación de programas de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y a los planes de cribado, la incidencia de esta enfermedad ha disminuido notablemente. Sin embargo, el desafío persiste, ya que muchas pacientes siguen siendo diagnosticadas en etapas avanzadas de la enfermedad.
Ante esta situación, la SEOR subraya la necesidad de reforzar tanto la prevención primaria como la educación en salud y el acceso equitativo a tratamientos de calidad. Es fundamental promover la figura del oncólogo radioterápico como un especialista clave en el manejo integral de estas pacientes.
Radioterapia: el tratamiento de referencia
"La radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la braquiterapia adaptativa guiada por imagen (IGABT), junto con la quimioterapia concomitante, constituyen el estándar terapéutico para las pacientes con cáncer de cuello uterino localmente avanzado", señala Francisco Celada, coordinador del Grupo de Tumores Ginecológicos (GINECOR) de SEOR. Estos avances tecnológicos permiten tratamientos más precisos y efectivos, minimizando el daño a los tejidos sanos y aumentando el control local de la enfermedad.
La IMRT ajusta la radiación a la forma tridimensional del tumor, mientras que la IGABT usa imágenes de resonancia magnética para guiar la colocación del material radiactivo. Según Celada, estas técnicas son esenciales para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida de las pacientes. Los expertos subrayan que, aunque se han explorado tratamientos como la quimioterapia neoadyuvante, esta no debe sustituir el acceso a una radioterapia moderna y bien planificada, la cual continúa siendo "la piedra angular" del tratamiento.
Inmunoterapia en juego
La innovación terapéutica avanza sin descanso, y la inmunoterapia ha comenzado a emerger como una opción en el tratamiento del cáncer de cuello uterino, especialmente en casos de alto riesgo. Combinarla con radioterapia y quimioterapia no solo en la fase concomitante sino también en la fase de mantenimiento, abre nuevas esperanzas para las pacientes vulnerables.
"Estamos ante un cambio de paradigma", indica Celada. "La inmunoterapia ha llegado para quedarse y es fruto de años de investigación clínica, aunque su implementación en la práctica clínica requiere formación continua y actualización permanente de los especialistas, un aspecto que la SEOR considera prioritario".
Compromiso con las pacientes
La SEOR reúne a más de mil especialistas en Oncología Radioterápica que trabajan en diversos hospitales del país. Su misión trasciende la aplicación de tratamientos complejos; implica acompañar a las pacientes a lo largo de su trayectoria asistencial, desde el diagnóstico hasta la fase de seguimiento.
"El abordaje integral del cáncer de cuello uterino no puede concebirse sin la participación del especialista en Oncología Radioterápica", concluye Celada. Además, en el Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino, la SEOR recuerda a todas las mujeres la importancia de mantener hábitos de vida saludables, como una nutrición equilibrada y la práctica regular de ejercicio, así como su participación activa en los programas de vacunación y cribado. Esta enfermedad es una de las pocas neoplasias que se pueden prevenir casi en su totalidad. La combinación de prevención primaria, diagnóstico precoz y tratamiento eficaz es clave para su erradicación, con la radioterapia desempeñando un papel central en este proceso.