"El sonido es similar al que hace una goma elástica cuando la estiras al máximo y la sueltas de golpe." Así se describe la experiencia de los futbolistas que han sufrido la devastadora rotura de ligamento cruzado. En esta temporada de LaLiga, siete jugadores, incluyendo a Dani Carvajal y Éder Militao, han enfrentado esta dolorosa realidad, lo que ha desatado un debate candente sobre las causas de tal plaga de lesiones en el fútbol profesional.

La presión del calendario, la falta de descanso y la intensidad de los entrenamientos están en la mira. Rodrigo Hernández, actual Balón de Oro, llegó a considerar una huelga por la sobrecarga de partidos antes de que una grave lesión lo apartara del campo. Ahora, la pregunta es: ¿cómo se sienten los jugadores tras estas lesiones y cómo lidian con su retorno?

Éder Militao, quien se rompió el ligamento cruzado en ambas rodillas, recuerda el dolor y el miedo al volver a los entrenamientos. Pep Caballé, con dos lesiones en su historial, comparte que el miedo mental lo atormenta a cada choque desde su última ruptura. "En la primera no tenía miedo a nada, pero en la segunda, cada contacto me hacía dudar", confiesa. Esta experiencia no es exclusiva de él; la presión psicológica y el estrés que acompaña estas lesiones es común entre los futbolistas.

César Laínez, un exportero, rememora cómo su carrera se vio truncada tras varias intervenciones quirúrgicas y los desafíos que enfrentó después de cada operación. Destaca la importancia del apoyo familiar y la lucha interna que implica el proceso de recuperación. Muchos de estos jugadores coinciden en que la parte más difícil de sufrir una rotura de ligamento cruzado es la recuperación, un proceso que puede llevar entre seis y nueve meses, a menudo lleno de dudas y frustraciones.

Pero no todo es oscuridad. Algunos han encontrado un nuevo propósito después de sus lesiones. Jorge Molina, por ejemplo, habla de cómo decidieron incluirlo en el cuerpo técnico de su club tras su fractura. "Yo quería terminar mi carrera jugando, pero a veces la vida te lleva por caminos inesperados", reflexiona.

El omitir ciertos momentos de alegría, como un matrimonio en muletas, es un recordatorio de que las lesiones no solo afectan físicamente, sino también emocional y socialmente. Pep Caballé señala que, tras sus lesiones, prometió no ver ninguna lesión de otros jugadores por el dolor que le causa.

Hoy en día, estos futbolistas enfrentan un nuevo desafío: aprender a vivir con su pasado y a no permitir que las lesiones definan su futuro. Su resiliencia y fuerza mental pueden inspirar a muchos, tanto dentro como fuera del campo. Esta temporada está marcada no solo por el juego, sino por las historias de superación que emergen desde la oscuridad: un verdadero testimonio del espíritu humano en el mundo del fútbol.