La combinación de la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo, sinónimo de lujo y tecnología avanzada, con Las Vegas, reconocida como la capital del entretenimiento y el pecado, ha generado grandes expectativas desde que se anunció su inclusión en el calendario a partir de 2023. Este evento se presenta como una auténtica máquina de hacer dinero, un lugar ideal para que los más adinerados disfruten de un fin de semana exclusivo. Sin embargo, para los pilotos, la fiesta en Las Vegas ha revelado ser una complejidad en la pista.

La F1 regresó a la vibrante ciudad de Nevada el año pasado, en donde anteriormente se había corrido en 1981 y 1982. En esta ocasión, el nuevo circuito urbano transcurre por la famosa avenida The Strip, frente a los icónicos hoteles y casinos del mundo. Correr de noche, bajo la impresionante iluminación de la ciudad, suena atractivo, pero hay un aspecto importante que ha pasado desapercibido: las bajas temperaturas. El asfalto frío se convierte en una pista resbaladiza para los potentes monoplazas.

Las Vegas se encuentra en medio del desierto de Nevada, y a finales de noviembre, las condiciones climáticas no son ideales. Durante los Libres 2, la temperatura de la pista llegó a 11 grados, contrastando fuertemente con los cálidos 30, 40 o incluso 50 grados de otros circuitos. Esta situación, junto con la suciedad acumulada en la pista por el tráfico diario, ha dificultado el agarre, complicando el desempeño de los pilotos.

"El primer día fue complicado, la pista es difícil con muy poco agarre, lo que genera una sensación extraña en el coche", afirmó Carlos Sainz. Max Verstappen, quien llegó con la mente puesta en conseguir su cuarto título como campeón, también enfrentó problemas, comentando que "el gran problema para nosotros son los neumáticos: no tenemos agarre, parece que estamos pilotando sobre hielo". Estas condiciones han impactado drásticamente en sus tiempos y posicionamiento.

Con la clasificación de este sábado (viernes por la noche en Las Vegas) a la vista, el gran desafío se centró en calentar adecuadamente los neumáticos para las importantes vueltas rápidas y mantener su temperatura durante las amplias rectas donde tienden a enfriarse. Fernando Alonso, consciente de que la temperatura podría ser un factor decisivo, advirtió: "No es fácil: los neumáticos se enfrían en las largas rectas, y es complicado mantener la temperatura adecuada. Ya experimentamos esto el año pasado; no es sorprendente".

Curiosamente, mientras algunos pilotan en dificultades, otros pueden encontrar oportunidades. Aunque las características de la pista parecen favorecer a Ferrari, su principal debilidad ha sido el calentamiento de los neumáticos durante la sesión de clasificación. En contraste, Mercedes, que había estado alejada de la contienda en momentos anteriores, encontró su ritmo, liderando con Lewis Hamilton. Quizás las frías condiciones le ofrezcan a Hamilton una grandiosa oportunidad para despedirse de Mercedes con un último triunfo, lo que añade un toque de dramatismo al evento. ¡La F1 en Las Vegas, un espectáculo que promete emociones fuertes!