Esta semana se conmemoran 49 años desde la muerte de Francisco Franco y 88 años desde el asesinato de José Antonio Primo de Rivera, dos figuras clave en la historia de España. En León, la iglesia de Santa Marina la Real acogerá una misa el próximo miércoles 20 de noviembre a las 20:00 horas, un evento que ha suscitado tanto interés como controversia.

La misa, que se ha convertido en una tradición en los últimos años, será oficiada por el polémico párroco Jesús Calvo, conocido por sus declaraciones incendiarias sobre la historia española. En 2017, el sacerdote desató el debate al afirmar que “la vida de cualquier torero vale más que la de todos los rojos” tras la muerte del torero Víctor Barrio. Además, ha manifestado que “lo único que se le puede reprochar a Franco es haber sido demasiado noble con muchos criminales rojos”. Estas opiniones han generado un gran revuelo en redes sociales y medios de comunicación.

El párroco Florentino Alonso, titular de la iglesia, ha defendido la celebración como “una misa como cualquier otra”, aunque algunos asistentes han manifestado su preocupación por la ideología que subyace en este tipo de eventos. El año pasado, según testimonios, la asistencia fue escasa, lo que podría reflejar una desconexión entre esta tradición y la población actual.

No es solo León la ciudad donde se celebran misas en honor a estos personajes. Otras ciudades como Alicante, Granada, Málaga, Santander, Sevilla, Palencia y Valladolid también tienen programadas misas el mismo día, lo que ha llevado a la atención mediática sobre cómo se evoca este pasado en diferentes partes del país. La controversia ha resurgido especialmente en momentos donde se cuestiona el legado de la dictadura de Franco en una España más diversa y plural.

Este tipo de celebraciones no están exentas de críticas. La reciente polémica sobre la liturgia en O Barco de Valdeorras, donde un himno falangista sonó durante una misa, demuestra que la memoria histórica sigue dividiendo a la sociedad. La mayoría de los ciudadanos se muestra reacia a seguir celebrando la figura de Franco, mientras que un sector minoritario continúa defendiendo su legado.

La misa en León no solo será un acto religioso, sino también un reflejo de las tensiones actuales en la sociedad española sobre su historia y sus figuras controvertidas. La pregunta que se plantea es: ¿Hasta cuándo se seguirá rindiendo homenaje a figuras tan polémicas en un país que busca avanzar hacia un futuro más inclusivo y reconciliado?