
María Josefa García Barrado: Más allá de Ozempic: así son los nuevos fármacos para combatir la obesidad
2025-04-06
Autor: María
La lucha contra la obesidad se potencia con la llegada de nuevos tratamientos que están revolucionando el panorama farmacológico. Uno de los protagonistas es un grupo de medicamentos conocidos como semaglutida, que imitan las acciones de las hormonas incretinas en nuestro cuerpo, específicamente el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1). Estos medicamentos, comercializados bajo los nombres Ozempic, Wegovy y Rybelsus, han sido desarrollados por Novo Nordisk y han captado una atención significativa en la industria farmacéutica.
A la vanguardia de estos avances se encuentra la tirzepatida, un nuevo fármaco desarrollado por la compañía Lilly, que no solo actúa sobre los receptores del GLP-1, sino también sobre otra incretina conocida como GIP. Esto le permite tener un efecto dual, lo que ha demostrado ser efectivo en el control de la glucosa y la reducción del peso. La tirzepatida se comercializa como Mounjaro y Zepbound, y aunque este último solo está disponible en EE. UU., China y Reino Unido, ha demostrado lograr una reducción del peso corporal del 22 %, superando el 16 % de la semaglutida.
Ambos tratamientos, aunque efectivos, tienen efectos secundarios similares que predominan en el tracto digestivo, generando náuseas y otros malestares en más del 50 % de los pacientes, particularmente al inicio del tratamiento. Sin embargo, los resultados han sido prometedores y han llevado a una creciente adopción de estos medicamentos en el manejo de la obesidad.
La tirzepatida fue aprobada por la FDA y la EMA en abril de 2022, aunque su disponibilidad en España ha sido más lenta. Es importante mencionar que, a diferencia de Ozempic, no está cubierta por el sistema público español, y su precio puede oscilar entre 270 y 350 euros.
Un contendiente emergente en esta área es el BRP, un péptido natural identificado por investigadores de Stanford Medicine. Este péptido, que iguala la efectividad de Ozempic, promete ofrecer menos efectos secundarios, específicamente señalando al hipotálamo, el área del cerebro responsable del apetito. Hasta ahora, los ensayos en modelos animales han mostrado resultados favorables sin los habituales efectos gastrointestinales adversos.
No obstante, queda un largo camino por recorrer antes de que podamos ver el BRP en nuestro armario de medicamentos. El equipo de investigación liderado por Laetitia Coassolo está en la búsqueda de los receptores que interactúan con el BRP y explorando cómo prolongar sus efectos. Esto podría ofrecer una herramienta más en la lucha contra la obesidad y trastornos metabólicos.
Es fundamental recordar que, aunque estos nuevos tratamientos son prometedores, la pérdida de peso eficaz siempre debe ir acompañada de cambios en la alimentación y un estilo de vida activo. Consultar a un profesional de la salud es crucial para abordar el problema de la obesidad de manera segura y efectiva.