Salud

Marta Guasch-Ferré de Harvard: ¿Vivir 125 años o vivir mejor? La clave está en la dieta

2025-03-27

Autor: Manuel

Marta Guasch-Ferré es una reconocida experta en longevidad y nutrición de la Universidad de Harvard y una de las firmantes de un reciente estudio publicado en Nature Medicine. Este importante estudio investigó la relación entre la dieta y un envejecimiento saludable, basándose en datos acumulados durante 30 años de estudios de cohorte con participantes en Estados Unidos. Los resultados revelan que seguir patrones alimentarios saludables, como la dieta MIND, la dieta DASH y la dieta mediterránea, puede aumentar hasta un 86% las probabilidades de alcanzar los 70 años con buena salud.

¿La conclusión es que no hay una única dieta para todos, pero que sí es crucial reducir el consumo de ciertos alimentos, como las carnes procesadas?

Exactamente. No existe una dieta universal para el bienestar. En EE.UU., la dieta AHEI (Índice Alternativo de Alimentación Saludable) presenta asociación con una vida prolongada, mientras que en España se observa que la dieta mediterránea está vinculada con una mayor longevidad. Sin embargo, lo que todas estas dietas tienen en común es su enfoque en reducir marcadores de riesgo como la hipertensión, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre.

El estudio también trajo a la luz la importancia de disminuir el consumo de alimentos procesados. Todos los nutricionistas pueden tener desacuerdos en ciertos aspectos, pero hay consenso en que deberíamos aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, y limitar las bebidas azucaradas.

La relación del vino con la salud sigue siendo un tema debatido. ¿Es perjudicial que alguien que ha bebido vino con moderación decida dejarlo?

Coincido con el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez, con quien colaboré en el estudio PREDIMED. El problema principal con el alcohol se presenta entre los jóvenes y adolescentes, donde se han observado incrementos en tasas de suicidio y cáncer de mama en mujeres menores de 50 años. Dado que en las nuevas generaciones el consumo no tiende a ser cero, lo ideal sería reducirlo considerablemente.

El aceite de oliva, por su parte, parece ser un ingrediente esencial en una dieta saludable. ¿Es la grasa que debería predominar en nuestro consumo diario?

Absolutamente. He dedicado parte de mi investigación a estudiar los efectos del aceite de oliva en la salud cardiovascular. Su alto contenido en grasas insaturadas y polifenoles lo hace superior a otros aceites vegetales. Es importante que sigue siendo la base de la dieta mediterránea y que otros países lo integren, o al menos sustituyan grasas animales por vegetales.

Sin embargo, la dieta mediterránea se está viendo amenazada por la prevalencia de la dieta occidental, rica en grasas saturadas y azúcares.

Es cierto que muchas personas se están inclinando hacia dietas más saludables utilizando productos importados, olvidando las ventajas de la dieta mediterránea tradicional. Aunque los beneficios de la alimentación son indiscutibles, hay que reconocer que no son el único factor que influye en un envejecimiento saludable. Las variables genéticas y sociales, como el acceso a la atención médica, también juegan un papel fundamental. La realidad es que la búsqueda no solo es vivir hasta los 100 años, sino vivir bien.

En relación a los nuevos avances médicos, como los fármacos anti obesidad como Ozempic, ¿qué opinión tiene sobre su impacto en la longevidad?

Desde mi experiencia en la Universidad de Copenhague, donde colaboro con los creadores de Ozempic, veo que la obesidad es una condición compleja. No todos logran perder peso únicamente con dieta y ejercicio. Si los medicamentos pueden ayudar a prevenir comorbilidades asociadas a la obesidad, son una opción válida. Esto debe acompañarse de un acceso económico equitativo a estos tratamientos, evitando su demonización.

Respecto a la longevidad, ha habido advertencias de que hemos alcanzado un límite. ¿Realmente veremos a personas alcanzar los 125 años?

La pregunta es si realmente es necesario vivir hasta esa edad. Si podemos proporcionar ejemplos de quienes han llegado a los 120 años con buena calidad de vida, podría ser alentador. No obstante, es vital contemplar que muchos también viven durante años en condiciones precarias. La longevidad sigue siendo un tema influenciado por múltiples factores. La esperanza de vida varía enormemente según el país.

Un notable ejemplo de longevidad saludable fue el caso de María Branyas, quien seguía una rutina que incluía yogur diario y mantuvo una microbiota óptima.

No existe una solución única para la longevidad. Es una combinación de factores: estilos de vida, genética y contexto social. En España, podríamos enfocarnos en incrementar el consumo de proteínas vegetales como las legumbres a expensas de carnes procesadas. También sería beneficioso reducir carbohidratos refinados, como el pan blanco, optando por pan integral. Aunque los refrescos 'cero calorías' han ganado popularidad, también presentan riesgos para la salud, incrementando la posibilidad de diabetes.

En resumen, los retos están claros, pero los pasos hacia una mejor alimentación son posibles y necesarios para asegurar una vida más saludable y, en última instancia, más larga.