Junts, el partido liderado por Carles Puigdemont, ha establecido como objetivo consolidarse como la nueva "alternativa" al actual Govern del PSC. En un reciente consejo nacional, el partido se presentó como una fuerza renovadora tras semanas de negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez, especialmente en asuntos tan sensibles como la inmigración. Este evento significó un punto de inflexión en la confrontación entre Puigdemont y el president Salvador Illa, justo en momentos donde se especula sobre su hipotético regreso a Catalunya, si se aplica la amnistía.

Durante su discurso en Madrid, Puigdemont lanzó duras críticas hacia Illa, sugiriendo que su afirmación de que "todo va como la seda" contrasta con la realidad de un colapso en los trenes catalanes. Además, denunció que algunos consellers, como Mónica Martínez Bravo, al frente del departamento de Drets Socials, viven una vida acomodada entre Madrid y Barcelona, lo que pone en duda su compromiso con los problemas diarios de los catalanes.

"Illa vive anclado a los intereses de la Moncloa", declaró Puigdemont, cuestionando su capacidad para abordar temas cruciales como la gestión de Rodalies, la defensa del catalán y las políticas de inmigración. Mencionó que el president parece más preocupado por apaciguar a los poderes del Estado que por el sufrimiento de los ciudadanos afectados por la ineficiencia del servicio ferroviario.

A su vez, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se unió al coro de críticas, afirmando que la desinversión en la red ferroviaria responde a una "estrategia de Estado" y criticando lo que considera un "traspaso 'fake'" del servicio que pactaron ERC. "Nos están engañando con engaños", afirmó, resumiendo que el Govern está "tan averiado" como los trenes.

La defensa del catalán también fue un tema candente, con Puigdemont acusando a Illa de haber "abandonado" su protección. Criticó la realidad en la que un ciudadano puede ser menospreciado por pedir un simple café en su lengua materna. Además, hizo referencia a las controversiales declaraciones de su delegado en Perpinyà, quien se negó a reconocer la catalanidad de la Catalunya Nord.

El intercambio de propuestas, particularmente en materia de inmigración, ha generado un intenso debate, resaltando la necesidad de que el catalán sea un requisito esencial para quienes quieran establecerse en Catalunya. Sin embargo, el Govern ha mantenido silencio sobre este tema, mientras el Pacte Nacional per la Llengua sigue estancado en el Parlament, en gran parte debido a las objeciones de Junts.

Puigdemont aseguró que su partido "gobierna el país desde la oposición", citando la cesión de competencias en inmigración y acuerdos sobre el tratamiento de menores no acompañados como logros significativos. Criticó a Illa por no actuar ante estos problemas, afirmando que "Catalunya no necesita un Govern así". Asimismo, hizo un llamado a nuevos militantes, instando a una unidad y compromiso renovado en la lucha por los derechos y necesidades de Catalunya.