A pesar de que los jugadores del FC Barcelona están tratando de superar sus desafíos en el terreno de juego, la situación financiera del club se ha vuelto insostenible. Las recientes cifras de pérdidas ascienden a la alarmante cifra de 91 millones de euros, lo que eclipsa el beneficio aparentemente optimista de 12 millones divulgado por la Junta directiva. Esto ha llevado a los críticos a desafiar la gestión de Laporta, afirmando que la inaccesible deuda del club está cerca de los 2.600 millones. La autocrítica comienza a hacerse eco en las redes y entre los aficionados, quienes se preguntan cómo se llegó a este punto.

Durante la semana sin competición, tanto la Junta como los opositores han estado preparando una Asamblea crucial para el 19 de este mes. Sin embargo, sus objetivos son totalmente opuestos. Mientras que la Junta busca la aprobación de un balance cuestionado, los grupos de oposición —liderados por Víctor Font, Joan Camprubí Montal y Marc Ciria— están estrechando lazos para desafiar esos números y proponer una reformulación completa de las cuentas. Se prevé que Font dé una rueda de prensa la próxima semana donde se espera que exponga sus argumentos de forma contundente.

Los días previos a esta Asamblea están marcados por un creciente descontento entre los socios, quienes están empezando a conectar los puntos entre el excelente desempeño deportivo y la caída libre de las finanzas del club. Este desencanto ha llevado a que más socios apoyen la idea de que la situación actual exige una combinación de éxitos en el campo y administración financiera eficiente. La decepción acumulada es palpable y muchos se preguntan si el espectáculo en el campo puede continuar ignorando el barcos que navega en aguas turbulentas.

Una luz de esperanza se asoma en el horizonte deportivo: jugadores como Fermín y Gavi están preparados para regresar a la plantilla, justo a tiempo para partidos cruciales en la UEFA Champions League contra el Bayern de Múnich y en Liga frente al Real Madrid. Mientras tanto, la incertidumbre sigue arropando el entorno del club y, a medida que las críticas crecen, también lo hace la expectativa sobre cómo el Consejo abordará las reclamaciones en la Asamblea. Con un contexto tan coloquial como trascendental, los aficionados se preguntan: ¿está Laporta realmente en control de la situación? La respuesta podría no ser tan sencilla como parece.