Miles de usuarios, incluidas figuras públicas como Ada Colau y Silvia Itxaurrondo, han decidido cambiar X (antiguamente Twitter) por Bluesky, la nueva red social impulsada por Jack Dorsey en 2023. Esta migración ha sido impulsada por la insatisfacción con la toxicidad y desinformación que muchos usuarios atribuyen a la plataforma de Elon Musk.

Bluesky, que comenzó como un prototipo, ha visto un crecimiento explosivo, alcanzando 6.8 millones de usuarios en agosto y 20 millones en la actualidad, aumentando con la sorprendente cifra de 1 millón de nuevos usuarios por día. Colau, exalcaldesa de Barcelona, fue pionera al abandonar X, citando el auge de perfiles falsos que fomentan el odio y la desinformación como razones para su decisión. Este cambio llega en un momento donde el descontento hacia Twitter se ha acrecentado especialmente entre la ideología de izquierda.

La polémica sobre X ha escalado aún más con el actual alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quien acusó a la red social de ser un "peligro para la democracia". Otros periodistas y figuras políticas también han manifestado su desaprobación, creando cuentas en Bluesky mientras mantienen un silencio sobre su actividad en X.

Bluesky se presenta como una alternativa fresca gracias a su protocolo descentralizado, que intenta fomentar interacciones más auténticas entre usuarios, lo que ha atraído a quienes deseen escapar de la creciente desinformación en X. Sin embargo, esta aparente libertad tiene su costo: cada usuario personaliza su experiencia y, por lo tanto, puede quedar atrapado en una burbuja informativa que limita su capacidad de acceder a diversas perspectivas.

Aunque Bluesky promueve ser una plataforma más neutral y abierta, la falta de un algoritmo centralizado significa que los usuarios ven principalmente contenido alineado con sus intereses, lo que podría impedirles obtener información crucial sobre temas de interés público.

La CEO de Bluesky, Lantian "Jay" Graber, es una ingeniera de 33 años que ha mencionado sus esfuerzos por ofrecer más libertad a los usuarios mientras critica a otras plataformas por 'encerrar' a sus usuarios y 'bloquear' a los desarrolladores. Graber, originaria de Tulsa, Oklahoma, nació en 1991 de madre china y padre suizo. Estudió en la Universidad de Pensilvania, donde se graduó en Ciencia, Tecnología y Sociedad.

Sin embargo, las inversiones recibidas por Bluesky, procedentes de compañías relacionadas con criptomonedas y tecnologías blockchain, generan inquietudes sobre si realmente ofrecerá la libertad prometida o si podría ajustarse a un modelo más controlado similar al de X.

En resumen, mientras que Bluesky parece atraer a aquellos cansados de la polarización y toxicidad en X, la pregunta permanece: ¿puede realmente ofrecer un debate amplio y un ambiente inclusivo, o terminará siendo solo una nueva burbuja donde la desinformación siga reinando de forma diferente?