El Toralín volvió a ser un verdadero espectáculo. Tras más de un mes y medio sin celebrar un triunfo en casa, los aficionados blanquiazules finalmente pudieron disfrutar de una victoria, y lo hicieron de la manera más impresionante posible. El equipo dirigido por Javi Rey se impuso a la SD Amorebieta con un contundente 5-2 después de una primera mitad para olvidar. Sin embargo, lo que sucedió en la segunda parte hizo que los hinchas olvidaran rápidamente el desánimo.

Los primeros minutos del partido mostraron una igualdad sorprendente en el campo, muy alejada de lo que indica la clasificación entre ambos equipos. La SD Amorebieta, bajo la dirección de Natxo González, ha demostrado ser un rival serio y correoso. Pero pronto la Deportiva comenzó a mostrar su condición de local y a tomar el control del partido, buscando generar peligro en la defensa visitante.

Sorprendentemente, con un rendimiento muy diferente al de la temporada, la Deportiva necesitó solo diez minutos para reflejar su dominio en el marcador. Carrique, aprovechando su velocidad por la banda derecha, realizó un centro perfecto para que Álex Costa anotara con un potente cabezazo que dejó al portero visitante sin opciones.

Este primer gol, lejos de dar confianza a la Deportiva, pareció desencadenar una respuesta del Amorebieta, que empezó a ganar terreno y a generar ocasiones. Coulibaly e Iñigo Muñoz se convirtieron en los pilares del equipo, contribuyendo a varios intentos de gol. Sin embargo, el partido se inclinó momentáneamente hacia los visitantes cuando, tras una serie de errores defensivos, un tiro de Alex Carbonell igualó el encuentro, provocando los primeros pitos de los aficionados.

La situación se tornó sombría para los blanquiazules tras el segundo gol del Amorebieta, resultado de una combinación letal entre Yuste y Pablo Hervías. La Deportiva se encontró completamente desorientada y comprometida con un primer tiempo muy desafortunado, dejando en el aire las dudas sobre su capacidad para revertir la situación.

El pitido del colegiado al final de la primera mitad fue un alivio para los jugadores blanquiazules, quienes necesitaban urgentemente cambiar su enfoque. Javi Rey hizo un triple cambio al inicio del segundo tiempo, lo que demostró su descontento con el rendimiento del equipo yan.

La segunda parte comenzó como terminó la primera, con la Deportiva vacilante, pero poco a poco los cambios empezaron a dar fruto y las cosas comenzaron a cambiar. Álvaro Ramón, uno de los nuevos cambios, aportó una gran energía y su asistencia permitió que Álvaro Bustos empatara el encuentro, reavivando la esperanza blanquiazul.

Con el marcador nivelado, la Deportiva se llenó de confianza y comenzó a dominar el juego. El Toralín se convirtió en un hervidero de entusiasmo y, tras una serie de jugadas en equipo, Yeray anotó un golazo desde fuera del área, llevando la locura a la grada. Con el tercer tanto, la Deportiva se asentó en el juego y se abalanzó sobre la portería del Amorebieta.

Álex Costa se destacó nuevamente en el partido al marcar el cuarto gol, dejando aún más en claro que la remontada era completamente viable. El ímpetu del equipo continuó creciendo, y Álvaro Ramón, quien había sido clave en la segunda parte, se unió a la fiesta anotando el quinto gol que selló la victoria.

Los últimos minutos se convirtieron en una celebración en El Toralín, donde los aficionados no habían visto a su equipo ganar desde el 5 de octubre. Esta victoria no solo refuerza la moral del equipo, sino que también los posiciona en una racha de dos triunfos consecutivos, acercándose así a la pelea por los lugares de privilegio en la clasificación. ¡Una remontada que quedará en la memoria de los aficionados y que promete emociones para el futuro!