
Sánchez se niega a respaldar el rearme europeo: ¿Qué planes tiene realmente?
2025-03-27
Autor: Francisco
«La seguridad europea no se define solo por tanques y cañones, sino por tecnología». Con estas afirmaciones, Pedro Sánchez intentó tranquilizar a sus aliados gubernamentales y de investidura sobre la necesidad de aumentar el gasto en Defensa debido a la inminente reducción del apoyo militar de Estados Unidos. Sánchez subrayó que este incremento no se llevará a cabo a expensas del presupuesto social o medioambiental, sino que se utilizará para impulsar la industria española y fomentar el empleo y el crecimiento económico.
No obstante, sus objetivos parecen estar desconectados de las prioridades que Bruselas ha establecido, que incluyen defensa aérea, sistemas de misiles y antimisiles, artillería, municiones, drones y movilidad militar. Ayer en el Congreso, Sánchez prometió un ambicioso plan nacional de Defensa que aún no tiene forma concreta, careciendo incluso de un esbozo de cronograma o inversiones concretas. Para colmo, ni siquiera cuenta con el respaldo de una mayoría parlamentaria ni de un presupuesto que asegure su financiación.
El presidente intenta lidiar con la oposición de sus aliados a cualquier forma de armamento y a la participación en la OTAN, desviando la atención hacia un concepto más amplio de seguridad que incluye desde el desarrollo de inteligencia artificial hasta la lucha contra el cambio climático y el terrorismo. Sin embargo, asegura que esto no afectará «ni en un solo céntimo» a los gastos destinados al ámbito social.
En su intervención, no hubo menciones sobre el potencial aumento del arsenal militar de España ni sobre la cantidad de soldados que podrían ser necesarios para fortalecer las Fuerzas Armadas, algo que ya están anticipando otros países europeos. Aunque Sánchez se comprometió a que España cumplirá con el objetivo europeo de alcanzar el 2% del PIB para Defensa, no ofreció detalles sobre cómo o cuándo se logrará; España se encuentra actualmente en la cola de aliados en cuanto a presupuesto de Defensa.
Fuentes del Gobierno indican que no habrá más detalles sobre el plan hasta que se configure el nuevo escenario que se discutirá en la próxima cumbre de la OTAN, que tendrá lugar en La Haya en junio. En medio de este contexto, el presidente busca educar a la ciudadanía y a los partidos políticos sobre el desafío que representa la amenaza de Putin y el impacto de la administración Trump. Sin embargo, los partidos a la izquierda de Sánchez ignoran este mensaje, considerándolo como un intento de militarización encubierta.
La negativa a elevar el gasto en Defensa fue unánime entre los aliados gubernamentales, con la única excepción del Partido Popular, que mantiene una postura pro-militar. Sin embargo, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no dudó en criticar a Sánchez por lo que considera un discurso vacío, subrayando la falta de cohesión dentro del Gobierno y demandando que envíe un proyecto de Presupuestos al Congreso. Si no se actúa, apuntó, Sánchez debería convocar elecciones.
Mientras la amenaza de una nueva guerra fría y la inestabilidad geopolítica aumentan, las decisiones de Sánchez podrían no solo afectar a la seguridad del país, sino también generar un amplio debate sobre la dirección que debe tomar España en la escena internacional. ¿Está realmente preparado Sánchez para enfrentar este reto sin un plan claro y apoyos sólidos? La incertidumbre se cierne sobre el futuro de la defensa española.