Sara Aagesen, conocida por su papel como ministra para la Transición Ecológica, ha sido reconocida como una gestora eficaz y discreta dentro de la Administración española. Desde su posición como secretaria de Estado de Energía, ha abordado grandes desafíos que han marcado la ruta hacia una transición energética sostenible. Su designación a este rol se veía venir desde que surgieron las especulaciones en primavera sobre la posible llegada de Teresa Ribera a ser comisaria europea.

Entre sus logros más destacados se encuentra la elaboración del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), una herramienta crucial para cumplir con los compromisos de España en materia energética ante Bruselas, en línea con el acuerdo de París para la lucha contra el calentamiento global.

Desde 2018, cuando asumió el cargo de asesora en el Ministerio para la Transición Ecológica, Aagesen ha tenido un papel central en la dirección y definición del Pniec, convirtiéndose en una figura clave para el diseño de políticas y medidas en un nuevo marco regulatorio energético. Su carrera ha despegado con rapidez y éxito.

Su enfoque tiene como base la convicción de que la transición energética debe ser justa, un principio que se ha aplicado con eficacia en el cierre de minas y plantas térmicas de carbón. A pesar de las preocupaciones iniciales, el cierre de estas instalaciones no ha desencadenado la crisis temida y ha avanzado sin generar grandes conflictos.

Además, Aagesen fue instrumental en la organización de la Conferencia del Clima (COP19) en Madrid, en la que España se vio obligada a asumir el liderazgo tras la incapacidad de Chile para albergar el evento. Su experiencia la ha llevado a convertirse en la mano derecha de Teresa Ribera, relación que ahora la posiciona como sucesora en el liderazgo del ministerio.

Formada como ingeniera química en la Universidad Complutense de Madrid, con especialización en Medio Ambiente, Aagesen ha dedicado su vida profesional a gestionar la energía, el medio ambiente y combatir el cambio climático. Desde 2002, ha trabajado en la Oficina de Cambio Climático, contribuyendo tanto a nivel nacional como internacional en acciones climáticas y energéticas.

"Es una persona que escucha, tiene un buen carácter y trabaja con objetivos clarísimos", comentan quienes han tenido la oportunidad de colaborar con ella. Aagesen ha sido responsable de alinear análisis de emisiones de gases y proyecciones con los nuevos escenarios energéticos, lo que ha sido fundamental para el impulso actual de las energías renovables en España.

Con la llegada a su nuevo rol, su atención deberá expandirse hacia áreas cruciales de gestión ambiental, como la preservación de Doñana, la protección de espacios naturales, la defensa de la costa y la gestión de confederaciones hidrográficas. Asimismo, tendrá que trabajar en estrategias relacionadas con zonas inundables, una cuestión urgente dadas las crecientes preocupaciones ambientales.

Si bien su perfil es relativamente desconocido para las organizaciones conservacionistas, este es un reto que deberá enfrentar al forjar nuevas alianzas.

Agesem también tiene una trayectoria como negociadora en el ámbito de las Naciones Unidas, habiendo participado en la aprobación del Acuerdo de París, lo que demuestra su compromiso internacional con estos temas.

A medida que asume este importante rol, el enfoque en políticas integrales que una la energía y el clima será crucial, ya que son, sin duda, dos caras de la misma moneda en la lucha por un futuro sostenible.