La crisis en el Ayuntamiento de Burgos ha alcanzado un punto crítico. El Partido Popular (PP) ha decidido expulsar a los concejales de Vox del equipo de gobierno tras el rechazo de los presupuestos municipales para 2025, que incluían ayudas a ONG que trabajan con migrantes. Esta decisión, anunciada por la alcaldesa Cristina Ayala, ha puesto en jaque la estabilidad del gobierno local.

Durante el pleno celebrado este viernes, la alcaldesa Ayala no dudó en mostrar su descontento: "No les echamos, ellos deciden no aprobar el presupuesto". La negativa de Vox a apoyar las cuentas, que incluían 119.000 euros destinados a ONG, ha desatado críticas y generado una ruptura evidente entre ambas formaciones.

Las tensiones se han intensificado después de que las cuatro ONG afectadas, que han enfrentado actos de vandalismo, se convirtieran en el centro del debate político. Las organizaciones que ayudan a la integración de inmigrantes, excluyendo a Cáritas debido a su rechazo inicial a las ayudas, han estado bajo presión tras negociaciones previas entre Vox y el PP para retirar estas subvenciones.

Cristina Ayala, con evidente frustración, calificó de "injusto e inhumano" dejar sin ayudas a entidades que llevan años colaborando con el municipio. A pesar del rechazo a los presupuestos, la alcaldesa se comprometió a gobernar desde la minoría con el mismo entusiasmo que antes. Sin embargo, ahora surge la pregunta sobre cómo se manejará esta situación difícil, con los retos de gobernar sin el apoyo de Vox.

La situación ha propiciado reacciones no solo dentro del equipo de gobierno, sino también desde la oposición. El exalcalde y representante del PSOE, Daniel de la Rosa, instó al PP a reconsiderar su postura y a tender puentes con otras formaciones políticas, recordando que gobernar en minoría requiere de negociación y concesiones.

En una semana de creciente tensión política, el concejal de Hacienda, Ángel Manzanedo, también expresó que la oposición de Vox es "incomprensible" para la mayoría de los burgaleses. A pesar de haber aprobado ayudas en la Diputación, Vox se opuso a las subvenciones en el Ayuntamiento, dejando a la ciudad en una complicada situación política.

Mientras tanto, la incertidumbre reina en Burgos. La alcaldesa ha dejado entrever que podría presentar una cuestión de confianza o prorrogar los presupuestos del año anterior, pero por el momento, no hay señales claras de una posible solución que permita restablecer la cohesión en el gobierno local. La crisis política en Burgos no solo pone en tela de juicio la gobernabilidad, sino que también nos deja preguntándonos cómo afectará esto a las comunidades que dependen de las ayudas para su sostenimiento.