La destacada política socialista Teresa Ribera ha conseguido superar el primer obstáculo en su camino hacia la vicepresidencia de la Comisión Europea, a pesar de la oposición del Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo. En una votación significativa, la Comisión de Asuntos Jurídicos (JURI) validó sin inconvenientes la declaración de bienes de Ribera y de otros 25 nominados, quienes ahora se preparan para enfrentar el análisis de las comisiones correspondientes a sus áreas de responsabilidad.

El respaldo de las fuerzas políticas que sostienen la mayoría de Ursula Von der Leyen, que incluye a los populares, socialdemócratas y liberales, fue fundamental para este avance. Sin embargo, el PP español se alineó con grupúsculos de ultraderecha como Patriotas por Europa. La estrategia del PP incluyó cuestionar la imparcialidad de Ribera, mencionando el puesto de su esposo, Mariano Bacigalupo, en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A pesar de estos intentos de desacreditarla, la familia europea del PP no dudó en aprobar su nominación, reconociendo que el poder político está repartido entre diferentes grupos y que tumbar a un candidato puede repercutir en los propios intereses.

El desafío que enfrenta Ribera ahora es el examen en las comisiones de Industria, Medioambiente y Economía, programado para una audiencia conjunta que tendrá lugar entre el 5 y el 12 de noviembre. Ribera será la última en examinarse el 12 de noviembre, en una franja horaria de 18:00 a 21:30. Aunque los eurodiputados tienen la responsabilidad de revisar la documentación proporcionada por los candidatos, su capacidad de investigación es limitada, lo que genera dudas sobre la rigurosidad del proceso.

La controversia en torno a las audiencias no termina aquí. A pesar de tener una mayoría consistente (PPE, socialistas, liberales e incluso los verdes), los partidos populares han logrado establecer un calendario que incluye los votos de todos los grupos, incluso aquellos de extrema derecha. En circunstancias normales, el PPE había evitado aliarse con estos partidos, salvo excepciones, pero se ha visto obligado a negociar, como lo demuestra su reciente acuerdo para reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.

La decision de permitir que los vicepresidentes se presenten al final del proceso en lugar de al inicio ha sido criticada por figuras clave, incluidos socialistas y liberales, que argumentan que podría socavar la transparencia y la credibilidad del proceso de nominación. La líder socialista Iratxe García se ha manifestado en contra de esta ruptura del "cordón sanitario" en la agenda parlamentaria, advirtiendo que afectará negativamente al desarrollo de las audiencias y la aprobación de los candidatos.

La presión ahora recae sobre Ribera, que deberá demostrar no sólo su capacidad para liderar, sino también su habilidad para navegar en un entorno político cada vez más polarizado.