El mundo de la danza ha sido sacudido por la devastadora noticia del fallecimiento de Vladímir Shklyarov, un ícono del ballet ruso y primer bailarín del Teatro Mariinski, quien murió el pasado sábado 16 de noviembre a la trágica edad de 39 años. La causa de su muerte fue una caída desde el balcón de su vivienda en un quinto piso, lo que ha dejado a sus admiradores y colegas en un estado de profundo duelo.

Desde el renombrado Teatro Bolshói, se emitió un conmovedor comunicado: "Estamos profundamente conmocionados por la trágica muerte de Vladímir Shklyarov en la cúpide de su talento. Interpretó casi todos los papeles del repertorio clásico en el Teatro Mariinski y actuó varias veces en el escenario del Bolshói". Este tipo de tributo resalta la brillantez de Shklyarov, quien no solo era conocido dentro de su país, sino que también dejó una huella imborrable en la escena internacional.

La tragedia ha sido considerada "una gran pérdida para todo el colectivo del Teatro Mariinski". Según se ha informado, el público tendrá la oportunidad de rendir homenaje a Shklyarov el próximo 21 de noviembre en San Petersburgo, donde se llevará a cabo una ceremonia de despedida abierta para familiares, amigos y admiradores. Irina Bartnóvskaya, colega y amiga del fallecido, explicó que el evento será una forma conmovedora de despedir a un artista que dedicó su vida a la danza. "Para que Vladímir salga del teatro por última vez entre los aplausos de todos los que lo aman", escribió en su cuenta de Telegram.

Detalles de las circunstancias de su muerte han comenzado a circular. Bartnóvskaya informó que Shklyarov estaba en su hogar preparándose para una operación del pie y, al salir al balcón para tomar aire y fumar, perdió el equilibrio y cayó. Este tipo de accidentes trágicos resaltan la fragilidad de la vida, incluso de aquellos que parecen invulnerables como los grandes artistas.

El Comité de Instrucción ruso ha calificado la muerte de Shklyarov como un accidente, pero su pérdida va más allá de las circunstancias trágicas; deja un vacío en el corazón de quienes lo conocieron y lo admiraron. Nacido en Leningrado en febrero de 1985, Shklyarov se graduó con honores de la Academia Vaganova en 2003 y rápidamente se unió al Teatro Mariinski, donde su carrera despegó hasta convertirlo en una figura central en el ámbito del ballet.

La inesperada partida de Vladímir Shklyarov no solo es un golpe para la comunidad artística, sino también para el legado que deja atrás. Su talento y carisma seguirán inspirando a generaciones futuras de bailarines y amantes del ballet. Una estrella brillante ha dejado este mundo, pero su luz seguirá iluminando los escenarios del ballet para siempre.