El trágico desenlace de María y el posterior suicidio de Alberto han dejado a la comunidad de Estepa en estado de shock. María, que laboraba en la industria del mantecado, vital para la economía de este pueblo sevillano, y Alberto, que trabajaba en tareas agrícolas, parecían ser una pareja común a simple vista. Sin embargo, las circunstancias de su muerte revelan una violencia latente que ha sacudido a la comunidad. Alberto era descrito por los vecinos como una persona abierta y amable, pero también como alguien extremadamente celoso, lo que plantea muchas interrogantes sobre la relación que mantenían.

Los trágicos eventos sucedieron en su hogar, ubicado en la planta superior de un edificio en la calle Granada, donde solo se encontraba su hijo menor, de 11 años, al momento del crimen. La escalofriante revelación de que Alberto utilizó una escopeta de caza para acabar con la vida de su esposa añade un nivel de horror a esta historia. La relación de la pareja había sido, en términos generales, adecuada y sus hijos estaban bien integrados en la comunidad, lo que hace que la situación sea aún más desgarradora.

Los dos huérfanos, que ahora han quedado bajo el cuidado de los abuelos y otros familiares, están recibiendo atención psicológica para ayudarles a afrontar este devastador cambio en sus vidas. Esta tragedia añade nombres a una lista ya larga de víctimas de la violencia machista en España. Desde el inicio de este año, ya son 40 las mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas; el total asciende a 1.286 desde 2003, cuando comenzaron a registrarse oficialmente.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha expresado su fuerte condena a la violencia de género en un momento en que el pueblo se prepara para conmemorar el 25 de noviembre, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Fernández hizo un llamado a la unión de voces contra esta lacra social: "No podemos permitir que la violencia de género se minimice o se justifique", enfatizó.

En este contexto, los datos del Sistema VioGén revelan un incremento preocupante en el número de pulseras de alejamiento activas, lo que refleja la necesidad urgente de medidas efectivas para proteger a las mujeres y sus hijos. Con 7 asesinatos de mujeres desde enero en Andalucía y dos menores víctima de violencia vicaria, es evidente que el problema sigue presente y que la lucha contra la violencia de género no puede cesar.

La comunidad de Estepa se encuentra en duelo, y este incidente destaca nuevamente la gravedad del problema de la violencia machista en España. Con cada historia como la de María y Alberto, se hace más urgente forjar un cambio social y cultural que pueda prevenir futuras tragedias y proteger a quienes más lo necesitan.