En un giro inesperado que ha sorprendido a muchos, el presidente electo Donald Trump ha seleccionado al famoso doctor Mehmet Oz, un cardiocirujano convertido en estrella de la televisión, para asumir un papel fundamental en la administración de los servicios de salud pública de Estados Unidos. Si el Senado ratifica estas nominaciones, Oz se unirá al controvertido antivacunas Robert F. Kennedy como parte del equipo que hará frente a los desafíos sanitarios del país.

Trump anunció su decisión la semana pasada, confirmando a Kennedy como secretario de Salud y anunciando la nominación de Oz como administrador de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. En un comunicado, Trump declaró: "Estados Unidos enfrenta una crisis sanitaria y no hay mejor médico que el Doctor Oz para lograr que nuestra nación sea saludable nuevamente. Su enfoque innovador y su experiencia lo convierten en un candidato ideal".

Mehmet Oz, de origen turco y con un notable historial como cardiólogo, se hizo famoso en la televisión gracias a sus apariciones en el programa de Oprah Winfrey. Sin embargo, su camino hacia la fama no ha estado exento de controversias debido a sus recomendaciones de tratamientos poco convencionales y productos milagro, que han sido considerados pseudocientíficos por muchos expertos en medicina.

A pesar de haber fallado en sus esfuerzos para ganar un escaño en el Senado por Pensilvania en las elecciones de 2022, donde se enfrentó a John Fetterman, un demócrata que había sufrido un ictus, Trump ahora le ofrece otra oportunidad. Su campaña estuvo marcada por momentos incómodos y situaciones ridículas, como cuando intentó conectar con los votantes simulando una visita a un supermercado, lo que le valió la burla en redes sociales.

El nombramiento de Oz no solo ha generado debates sobre su experiencia medicinal, sino que también provoca inquietud sobre la dirección que tomará la política sanitaria bajo su liderazgo. Sus críticos incluyen a aquellos que lo acusan de promover teorías de conspiración, lo que podría poner en riesgo la confianza pública en los servicios de salud, un tema extremadamente sensible considerando los desafíos que ha traído la pandemia de COVID-19.

Como parte de su plan, Trump ha afirmado que el Doctor Oz trabajará para reducir el desperdicio y el fraude dentro de los servicios de salud gubernamentales. Sin embargo, muchos se preguntan si estas afirmaciones son más que simples promesas electorales.

El círculo íntimo de Trump parece estar compuesto cada vez más por figuras mediáticas, lo que plantea la pregunta: ¿estamos asistiendo a un retorno de la política del espectáculo en la administración pública? El tiempo dirá cómo afectarán estas decisiones al sistema de salud estadounidense y a la confianza de la población en su capacidad de respuesta frente a las crisis sanitarias.