Ubisoft se encuentra en una situación crítica y, según los últimos rumores, ha solicitado a Valve que desactive la API que permite visualizar en tiempo real el número de jugadores que participan en sus juegos en Steam. ¿Por qué esta solicitud tan extrema? Los fracasos en ventas de sus títulos más recientes han llevado a la compañía a querer ocultar la evidencia de su desempeño desastrozo en el mercado.

Gracias a la API de Steam, plataformas como SteamDB ofrecen un análisis detallado sobre el número de jugadores activos, datos de picos de usuarios y estadísticas que a menudo revelan la cruda realidad de un juego. Ubisoft, sintiéndose vulnerable, busca evitar que esta información les haga más daño del que ya han sufrido.

La situación es alarmante: su lanzamiento más esperado, Star Wars Outlaws, apenas logró atraer a 2,500 jugadores simultáneos en su día de lanzamiento. Este número es considerado un desastre para una compañía de su calibre. Si el próximo Assassin's Creed, protagonizado por un samurái negro, también resulta ser un fracaso, se rumorea que Ubisoft podría estar al borde de la quiebra, obligada a buscar un comprador que salve a la empresa de su inminente caída.

Los datos de SteamDB también muestran que solo el 66,5% de las valoraciones de Star Wars Outlaws son positivas, lo cual es un indicador alarmante de la recepción del público. Además, después de solo tres meses desde su lanzamiento, el juego ha visto reducciones de precio de hasta un 25%, lo que evidencia el intento de Ubisoft de generar ingresos a cualquier costo, pero que no oculta el hecho de que han incurrido en pérdidas millonarias.

En el contexto del pedido a Valve para eliminar la API, se ha revelado que Ubisoft, junto con otras compañías en problemas, está presionando a la plataforma para restringir el acceso a datos que consideran comprometidos. En una publicación reciente en Substack, personas con conocimiento interno de Ubisoft mencionaron que quieren que la información sobre el desempeño de sus juegos no esté disponible públicamente, con el fin de presentar resultados más favorables ante sus inversores.

Este movimiento, de por sí, desata un gran debate sobre la transparencia en el sector de los videojuegos y los riesgos de ocultar información crucial en tiempos difíciles. Sin duda, el futuro de Ubisoft dependerá no solo de las decisiones actuales, sino de su capacidad para recuperar la confianza del público y mejorar la calidad de sus productos.