
Un Tesoro Científico Oculto en El Retiro de Madrid
2025-03-26
Autor: María
La fascinante historia de la ciencia en Madrid se remonta a siglos atrás, y uno de sus mayores tesoros se encuentra en el icónico parque de El Retiro. Muchos conocen el prestigioso Real Observatorio de Greenwich, famoso por ser el punto de partida del meridiano 0° y la hora mundial. Sin embargo, muy pocos conocen que en la capital española, Madrid, se halla un observatorio de igual relevancia: el Real Observatorio Astronómico, que aunque no marca un meridiano, posee una historia rica y fascinante.
Al ingresar al parque por la Puerta del Ángel Caído, es fácil pasar por alto la pequeña entrada que nos lleva a un rincón donde la ciencia y el estudio del cosmos se hermanan con la historia del siglo XVIII. Esta instalación, creada durante el reinado de Carlos III, un monarca visionario, fue parte de su ambición de convertir El Retiro en el epicentro del arte y la ciencia, integrando estos campos en la vida de los madrileños.
La inquietud de Carlos III por la educación, la ciencia y las artes propició una serie de iniciativas que transformaron el parque. Desde la creación de la Escuela Práctica de Agricultura hasta la Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, todo tenía un fin: el progreso cultural y educativo. Sin embargo, el destino de algunas de estas obras no fue favorable; la Fábrica de Porcelana fue destruida por las tropas británicas durante la Guerra de la Independencia, un hecho que a menudo se confunde con la primacía de las fuerzas napoleónicas.
Carlos III inició la transformación de la ciudad con la construcción del Paseo del Prado con la clara intención de unir arte y ciencia. A finales del siglo XVIII, se acometieron obras como el Real Jardín Botánico, diseñado por arquitectos de renombre, y el Gabinete de Historia Natural que hoy alberga al Museo del Prado. Estas iniciativas permitieron que, por primera vez, el pueblo pudiera acceder a los palacios, un concepto revolucionario en aquel tiempo.
La culminación de este programa ilustrado fue la propuesta de Jorge Juan, destacado marino y cosmógrafo español, quien sugirió la creación de un observatorio astronómico en 1785. Encargado al arquitecto Juan de Villanueva, el observatorio se ubica en la zona meridional del Buen Retiro, sobre el cerro de San Blas, aprovechando un antiguo espacio usado para almacenes de pólvora.
Recientemente, el Ayuntamiento de Madrid ha llevado a cabo la rehabilitación de los alrededores del Observatorio Meteorológico, integrándolo en los jardines de El Retiro, buscando así darle nueva vida a esta joya del pasado científico. En un momento en que la ciencia se enfrenta a grandes desafíos, recordar y promover estos espacios que fomentaron el conocimiento es más importante que nunca. Si alguna vez te encuentras en Madrid, no te pierdas la oportunidad de visitar este importante legado histórico que, a pesar de ser menos conocido, es un verdadero símbolo de la evolución científica y cultural del país.