Una joven de 30 años, cuya identidad prefiero mantener en el anonimato, ha compartido un relato desgarrador sobre las agresiones sexuales que padeció en el último año. En su declaración ante la policía, relató que su pareja de entonces, un individuo extranjero, aprovechó su estado de sedación profunda causado por medicamentos potentes para mantener relaciones sexuales sin su consentimiento. «Me penetró sin que yo me diera cuenta de nada», confesó la mujer, recordando que el primer episodio ocurrió en abril.

La víctima, que estaba siguiendo un tratamiento médico debido a problemas de insomnio, relató cómo su estado emocional y psicológico se deterioró tras la experiencia traumática. Aunque decidió no denunciar inmediatamente la situación, pues «no era capaz de narrar lo sucedido», finalmente se acercó a la policía cuando se sintió preparada para hablar.

Su historia es un reflejo de las luchas que muchas mujeres enfrentan en situaciones similares. La joven compartió que conoció a su agresor en un contexto que inicialmente parecía normal, y pronto comenzaron a convivir juntos. Sin embargo, la dependencia de los medicamentos para poder dormir se convirtió en su mayor vulnerabilidad. «Las pastillas me provocaban un sueño muy profundo y no me enteraba de nada en toda la noche», explicó.

Un amanecer, su pareja le envió un mensaje preguntándole si recordaba lo sucedido la noche anterior. «Me extrañó que no hubiera sentido nada», escribió. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación: «Me confesó que me había penetrado y que planeaba volver a hacerlo». La joven actualmente trabaja para recuperarse de esta experiencia y espera que su denuncia impulse a otras mujeres a hacer lo mismo.

Esta historia resuena más allá de una experiencia individual, reflejando un problema social grave que muchas veces se queda en la sombra. Es fundamental que se hable sobre la importancia del consentimiento, incluso en las relaciones íntimas, y que se apoye a las víctimas para que no se sientan solas en su lucha.