El 1 de diciembre marca el Día Mundial del Sida, una ocasión crucial para crear conciencia sobre la infección por VIH, sus repercusiones y los esfuerzos globales que se están realizando para afrontarla. Desde que apareció en la década de 1980, el VIH ha representado una de las principales amenazas para la salud pública, pero al mismo tiempo ha sido el catalizador de importantes avances médicos y sociales. Hoy en día, gracias a tratamientos efectivos como la terapia antirretroviral, muchos pacientes pueden llevar vidas plenas y evitar la propagación del virus. A pesar de estos avances, el estigma asociado y los diagnósticos tardíos aún son obstáculos significativos.

En España, los datos recientes brindan una mezcla de optimismo y preocupación. Según cifras de 2023, los casos de VIH han ido disminuyendo de forma constante durante la última década, impulsados por intervenciones de concienciación y prevención. Sin embargo, un dato alarmante persiste: el 48,7% de los diagnósticos son tardíos, lo que significa que muchas personas ya están en un estado avanzado de infección al momento de recibir el diagnóstico.

"Es esencial potenciar la prevención y facilitar el acceso a pruebas de detección para reducir estos casos y diagnosticar lo más pronto posible", afirma el farmacéutico Marcos D. Tobaruela, reconocido en redes sociales como @polifarmaceuticx. La vía de transmisión más común sigue siendo la sexual, representando el 80,7% de los casos, con una incidencia notable entre hombres que tienen sexo con hombres (55%). Las relaciones heterosexuales suponen el 25,7%, y el uso de drogas inyectables apenas alcanza el 1,7%.

Además, los datos indican que el grupo más afectado abarca a personas entre 30 y 34 años, aunque el 33,5% de los nuevos diagnósticos corresponde a individuos de entre 25 y 34 años. Lo que resulta alarmante es el 11,5% de diagnósticos en jóvenes de 15 a 24 años, así como el 18,3% en mayores de 50 años.

El diagnóstico tardío se incrementa con la edad. En el grupo de mayores de 50 años, este fenómeno se presenta en el 61,5% de los casos, mientras que entre los menores de 25 años, la cifra asciende al 33,4%. Además, las tasas de diagnóstico tardío son más elevadas en la transmisión heterosexual, tanto en hombres (57,8%) como en mujeres (53,5%).

La situación es aún más compleja para las personas nacidas fuera de España, que representan el 49,8% de los diagnósticos totales, siendo el porcentaje aún mayor en mujeres extranjeras (61,6%). Estos datos subrayan la urgencia de hacer más accesibles las pruebas de detección y mejorar la educación sexual para toda la población, especialmente para los colectivos más vulnerables.

La lucha contra el VIH requiere un compromiso colectivo, donde cada uno de nosotros puede marcar la diferencia. Es crucial que todos nos unamos en este esfuerzo, no solo para reducir la cantidad de nuevos casos, sino también para erradicar el estigma que rodea a esta enfermedad. Solo así podremos construir una sociedad más inclusiva y saludable. ¡Detengamos juntos el VIH!