Los propietarios de vehículos equipados con los defectuosos motores Pure Tech 1.0 y 1.2 están al borde de la desesperación. Estos usuarios han organizado protestas masivas para exigir a Stellantis que asuma la responsabilidad por las costosas reparaciones derivadas de estos fallos mecánicos. La última manifestación se llevó a cabo en las puertas de la fábrica de Stellantis en Vigo, donde la Asociación de Afectados Stellantis (Afestel) unió fuerzas para denunciar lo que consideran una clara 'anomalía de fabricación' en estos motores, que se utilizan en populares marcas como Opel, Peugeot, Citroën, DS, Jeep y Toyota.

Los manifestantes argumentan que los motores presentan una degradación progresiva de la correa de distribución, lo que resulta en un sobreconsumo de aceite, un mal funcionamiento de la bomba de vacío y otros problemas graves. Esta situación ha llevado a la prematurez de la degradación del motor, lo que afecta drásticamente la vida útil de los vehículos. Los dueños se sienten atrapados, ya que muchos concesionarios rechazan las reclamaciones justificándose en que los períodos de garantía ya han expirado, a pesar de que muchos de estos autos han sido reparados en talleres autorizados.

Stellantis, por su parte, ha anunciado una extensión de la garantía posventa para los motores Puretech de 3 cilindros, reconociendo que la correa de distribución puede sufrir deterioro prematuro debido a la exposición a aceite degradado, lo que puede obstruir los filtros del circuito de lubricación y generar problemas de presión de aceite. Para aquellos afectados, la compañía promete 'una cobertura adicional de 10 años hasta 175,000 km' para vehículos matriculados entre abril de 2014 y junio de 2022.

Esta manifestación del sábado marca un hito, ya que es la primera vez que los afectados se han unido para gritar a una sola voz: '¡Basta de impunidad!'. La desesperación de estos propietarios es palpable; muchos de ellos han invertido significativas sumas de dinero en sus vehículos y ahora se enfrentan a la posibilidad de que sus autos se vuelvan inservibles a solo unos años de su compra. Con una creciente presión pública y mensajes contundentes en redes sociales, la comunidad afecta está decidida a no detenerse hasta obtener respuestas y acciones concretas de Stellantis.