Por Sofía Vargas Roberts, Seremi de Gobierno

Hoy marca un hito memorable para la región de Atacama y para todo Chile. La reciente aprobación de la Resolución Satisfactoria (RS) para el establecimiento de una nueva facultad de medicina en la Universidad de Atacama es mucho más que un simple proyecto educativo; es un emocionante signo de progreso, desarrollo y consolidación para nuestra región. Desde el extremo norte hasta el sur del país, se evidencia un crecimiento en cada rincón, y Atacama se suma a este impulso vital.

La creación de esta facultad es un avance crucial para abordar una necesidad largamente ignorada: la formación de profesionales de la salud en nuestra propia tierra. Este impulso no solo ofrece a nuestros jóvenes la oportunidad de estudiar medicina sin necesidad de migrar, sino que también prepara a médicos que comprenden profundamente las necesidades locales. Profesionales calificados que jugarán un papel esencial en fortalecer un sistema de salud que enfrenta una creciente demanda de recursos humanos capacitados.

Este ambicioso proyecto forma parte de una estrategia más amplia del gobierno destinada a descentralizar la educación superior y responder eficazmente a las demandas de sectores estratégicos como la salud. En un país con una población cada vez más envejecida y desafíos en materia de salud pública, iniciativas como esta son cruciales para garantizar el bienestar de todos los chilenos.

No obstante, esta no es una acción aislada. La facultad de medicina es solo una pieza en el rompecabezas de desarrollo que este gobierno está promoviendo en Atacama. Recientemente hemos sido testigos de avances significativos en proyectos como la nueva doble vía Vallenar-Caldera, que mejorará la conectividad y seguridad en nuestras rutas, y el futuro Museo Regional de Atacama, que servirá como un espacio crucial para nuestra historia, cultura y identidad regional. Además, la implementación de nuevos medios de transporte eléctricos convierte a Atacama en un pionero en electromovilidad a nivel nacional.

Estos esfuerzos están alineados con nuestra firme convicción de que las regiones son el verdadero motor del progreso de Chile. No solo se trata de Santiago o de las grandes urbes, sino de cada comuna, de cada rincón que tiene el potencial de progresar, generar oportunidades y elevar la calidad de vida de su gente. Este gobierno ha realizado una inversión pública consciente en las regiones, y Atacama ha sido uno de los beneficiarios clave de este compromiso.

La nueva facultad de medicina se proyecta como un bastión de innovación y excelencia académica, formando no solo a futuros médicos, sino también fomentando la investigación y el desarrollo de soluciones locales para emergencias de salud que afectan a nuestra comunidad. Además, se anticipa que atraerá a docentes y estudiantes de otras regiones, lo que avivará la economía local y posicionará a Atacama como un referente en educación y salud en el norte de Chile. ¡El futuro de Atacama brilla más que nunca!