Carla Ballero ha suscitado una ola de reacciones tras su polémica afirmación en una entrevista en el podcast 'Nada que perder', donde expresó: "Chile es un país de mala raza. Estoy hablando en general, es la realidad. Han mejorado, creo, para decir cosas positivas. La raza ha mejorado para bien, en todo sentido".

La declaración fue acompañada de recomendaciones para sus hijas, instándolas a que no se limiten a interactuar únicamente con personas de su entorno chileno. "Qué rico que el universo sea tan amplio y que uno pueda hablar con el holandés, el argentino, el español. Ustedes no pueden limitarse a Chile", agregó Ballero, enfatizando la importancia de explorar el mundo y conocer diferentes culturas.

En un momento de reflexión, mencionó que sus hijas no deberían limitarse a las opciones de su entorno inmediato: "Uno no tiene que tener límites. Cuántos seres humanos hay en el mundo. Ustedes no me pueden decir que se van a quedar con el niño de cuarto medio, con el negrito. No, no, no, no". Ballero afirmó que uno debe buscar lo que realmente le inspira en la vida y que hay muchas más opciones disponibles.

La reacción del público no se hizo esperar, y las críticas hacia ella comenzaron a proliferar en redes sociales. Algunos recordaron su pasado, como el comentario: "Cómo olvidar cuando la Carla andaba de mechera en Falabella y ahora anda dándole consejos a sus hijas". Otros mensajes apuntaron a su apariencia, como: "Ella la nórdica y sus hijas también lo son?" o "Avisen al peral para que la vayan a buscar". Muchos cuestionaron la coherencia de sus palabras, considerando su propia identidad y antecedentes.

Este episodio ha resaltado un debate sobre la clasificación racial, las complejidades de la identidad chilena y la diversidad cultural en un país que enfrenta constantes desafíos sociales. A medida que la conversación avanza, surge la pregunta: ¿qué significa realmente ser parte de una 'raza' en la Chile contemporánea?