
¡Descubre el Impactante Caos en los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU.!
2025-03-24
Autor: Martina
Una semana tras la toma de posesión de Donald Trump, un destacado científico de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) se preparaba para dar una charla en una reunión científica, cuando recibió una llamada alarmante: había una prohibición total de comunicarse, lo que significaba que su discurso quedaba cancelado.
No mucho después, entró en vigor otra prohibición, esta vez impidiendo a los investigadores presentar sus trabajos a revistas académicas. Varios científicos de alto nivel del NIH, al hablar bajo condición de anonimato por miedo a represalias, describieron una atmósfera de 'caos y confusión', que podría debilitar uno de los pilares de la ciencia médica estadounidense.
Las normas cambiaban constantemente, dejando a los investigadores cuestionándose si podían solicitar materiales para sus proyectos. ¿Podían viajar? En febrero, se estableció una prohibición que luego generó incertidumbre respecto a futuras políticas.
Uno de los científicos expresó su preocupación: “Están controlando la información y sembrando el caos, manteniéndonos desequilibrados”. Otro agregó que lo que se percibe en los medios de comunicación es 'cien veces peor'.
A pesar de estas dificultades, hay quienes aún creen en el potencial del NIH para la investigación médica y se muestran dispuestos a colaborar en un cambio positivo dentro de la institución, a pesar de las críticas que se les ha hecho en el pasado por ser demasiado cautos.
Una portavoz del NIH declaró que la agencia seguía una orden ejecutiva, pero que ciertas actividades, como el financiamiento de investigaciones en curso, estaban en funcionamiento. Sin embargo, no se abordó el objetivo detrás de estos drásticos cambios en las políticas.
Jay Bhattacharya, que está a la espera de la confirmación del Senado para dirigir los NIH, mencionó que la ciencia biomédica se encuentra en una encrucijada, al citar encuestas que indican que una gran parte de la población estadounidense tiene desconfianza hacia los científicos.
La vastedad de los NIH es impresionante. En su campus de Bethesda, Maryland, hay más de 75 edificios donde trabajan cerca de 6,000 investigadores, ellos han contribuido a importantes descubrimientos, como la decodificación del genoma humano y el desarrollo de tratamientos para el VIH. Sin embargo, esta riqueza de conocimiento y capacidades se ve amenazada por la reciente incertidumbre.
Se ha observado un recorte en los fondos y subvenciones que apoyan a unos 300,000 científicos en más de 2,500 universidades y centros médicos, con el peligro de que investigaciones importantes queden desfinanciadas, especialmente aquellas que están en la frontera de la innovación, como ensayos clínicos para enfermedades crónicas.
El caos también ha afectado la logística diaria en el NIH. Por ejemplo, un límite de gasto en tarjetas de crédito del gobierno impidió que los científicos adquirieran suministros esenciales, creando situaciones difíciles en sus laboratorios. Tal fue el caso de un investigador cuyo acceso a ratones genéticamente modificados se vio frustrado por la falta de recursos para realizar pedidos.
Además, los despidos y recontrataciones de personal han generado un ambiente de incertidumbre y pánico, lo que ha llevado a los empleados a preguntarse sobre su futuro en la institución. A medida que el NIH navega en estas turbulentas aguas, queda claro que el futuro de la investigación biomédica en Estados Unidos pende de un hilo, y la comunidad científica se enfrenta a un momento crítico donde la estabilidad se vuelve indispensable.
El realmno caos en el NIH no solo cuestiona el futuro de la investigación médica en EE.UU., sino que podría tener repercusiones globales. Con el tiempo, se espera que estas turbulencias lleven a la reflexión y posiblemente a reformas que puedan devolver al NIH a su posición de liderazgo en el ámbito científico.