Ciencia

¡Descubren un bosque en la Antártida! El ámbar revela secretos sorprendentes – DW – 28

2024-11-29

Autor: Santiago

Durante mucho tiempo, se había asumido que la Antártida no había tenido ámbar, a diferencia de otros continentes del mundo. Sin embargo, un impresionante descubrimiento cambió esta percepción radicalmente.

Un equipo de investigación liderado por el geólogo marino Johann P. Klages, del Instituto Alfred Wegener en Alemania, ha confirmado la presencia de ámbar en la Antártida, específicamente en la Bahía de Pine Island. Este ámbar, conocido como ámbar de Pine Island, es el más austral jamás encontrado, mostrando que esta región alguna vez albergó un denso bosque.

Este hallazgo respalda la idea de que "la Antártida occidental disfrutó de un clima mucho más cálido hace unos 90 millones de años", como indica Klages. Según un artículo de la revista National Geographic, el ámbar proporciona una vista directa de las antiguas condiciones ambientales de la región, sugiriendo la existencia de un vasto bosque lleno de coníferas en lo que hoy es uno de los lugares más inhóspitos del planeta.

El ámbar fue descubierto a partir de muestras obtenidas durante una perforación en 2017 por el rompehielos Polarstern, que se realizaba en una profundidad de 946 metros. No fue hasta ahora que los estudios revelaron la presencia de esta resina fósil, descrita en la revista Antártida Science.

Este es el primer descubrimiento documentado de resina fósil en la Antártida, hallada en una capa de lignito de aproximadamente 5 cm de espesor, que se descubre sobre una lutita carbonácea rica en palinomorfos y raíces que datan del Cretácico medio.

La resina, un producto lingüístico y altamente volátil, puede fosilizarse bajo condiciones específicas, conservándose en el registro geológico como ámbar. Anteriormente, los ámbar más al sur se encontraban en áreas como la cuenca de Otway en Australia y la Formación Tupuangi en Nueva Zelanda, las cuales en el pasado estaban mucho más cerca de la Antártida.

Según el estudio, los sedimentos que contienen el ámbar sugieren que, durante la era Cretácica, existía un ambiente de selva templada cerca del Polo Sur, con abundantes coníferas. Este clima, cálido y húmedo, es ideal para la preservación de la madera y resinas.

Este descubrimiento no solo es relevante para la paleoclimatología, sino que también abre nuevas investigaciones sobre la biodiversidad que pudo haber existido en la Antártida en épocas pretéritas. Los científicos esperan que este hallazgo arroje luz sobre cómo la vida en la Tierra ha respondido a los cambios climáticos a lo largo de millones de años.

Este hito en la ciencia antártica es una invitación a repensar el pasado de nuestro planeta y las condiciones que alguna vez dominaron lugares que hoy parecen completamente distintos. Aquí vemos un vestigio del pasado que nos recuerda que la Tierra ha sido un planeta dinámico y cambiante a través de las eras.