Los científicos están al borde de un descubrimiento monumental que podría cambiar todo lo que sabemos sobre los planetas gigantes de nuestro sistema solar. ¡Prepárate para sorprenderte! Urano y Neptuno, los últimos de la familia planetaria, podrían contener enormes océanos de agua en sus profundidades, un hallazgo que podría arrojar luz sobre sus misteriosos campos magnéticos.

Adam Masters, un destacado científico espacial del Imperial College de Londres, ha afirmado: “Antes no sabíamos nada sobre el interior de estos planetas. Así que esta hipótesis es realmente fascinante.” Esta nueva teoría, originada por Burkhard Militzer de la Universidad de California en Berkeley, ha sido publicada recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

La clave para entender esta sorprendente idea radica en el comportamiento anómalo de los campos magnéticos de Urano y Neptuno, que no se asemejan a los de otros planetas del sistema solar. Mientras que la Tierra y otros planetas gigantes como Júpiter y Saturno tienen un campo magnético que se genera en su núcleo formando un dipolo, algo inusual sucede en estos dos gigantes helados. Durante el sobrevuelo de la nave Voyager 2 de la NASA en 1986, se descubrió que el campo magnético de Urano estaba altamente inclinado y desplazado del centro del planeta, lo que dejó a los científicos perplejos. Este misterio se repitió con Neptuno, que también mostró un campo magnético igualmente extraño.

Militzer ha propuesto que ambos planetas albergan una vasta capa de agua de aproximadamente 8000 kilómetros de grosor, situada por debajo de sus atmósferas exteriores. “Creemos que se trata de un océano”, afirmó. Esta agua, cargada de hidrógeno, poseería una alta conductividad, un factor crucial para entender las irregularidades en sus campos magnéticos.

Sin embargo, no te dejes engañar: este océano estaría sometido a presiones 60,000 veces más grandes que las de la superficie terrestre, lo que significa que se comportaría más como un fluido supercrítico que como el agua que conocemos. Además, existiría una separación clara entre este océano y una capa rica en carbono situada debajo, lo que podría ser fundamental para explicar el comportamiento de los campos magnéticos.

La teoría de Militzer no solo aporta luz sobre la composición interna de Urano y Neptuno, sino que también abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión del sistema solar. La diferencia entre los gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno, que están compuestos mayoritariamente de hidrógeno, y estos gigantes helados podría ser más significativa de lo que se pensaba.

¿Y qué significa todo esto para el futuro? La NASA, en colaboración con agencias espaciales de todo el mundo, está considerando una misión para regresar a Urano en la próxima década, equipada con herramientas para medir su campo magnético y la estructura interna del planeta, lo que podría confirmar la existencia de este océano subterráneo. ¡El regreso a Urano podría ser más emocionante de lo que nunca imaginamos!

No hay duda de que este hallazgo abre innumerables preguntas sobre la formación y la evolución de nuestro sistema solar. Y como siempre, ¡hay mucho más por descubrir en las misteriosas profundidades del cosmos!