Verónica Farfán fue la directora de la Corporación Cultural de Ñuñoa desde 2015 hasta 2021 y está en el centro de un escándalo por una millonaria indemnización que ha mantenido en vilo a la administración local.

En 2019, durante la alcaldía de Andrés Zarhi, Farfán firmó una cláusula que garantizaba ocho meses adicionales de sueldo en caso de ser despedida, elevando las indemnizaciones a cifras exorbitantes.

Cuando fue despedida, se le otorgaron $26 millones. Sin embargo, no se detuvo ahí y demandó al municipio para hacer valer su contrato, resultando en un veredicto a su favor en mayo de este año, lo que obligó al municipio a desembolsar otros $66 millones, sumando un total de $92 millones.

El Consejo de Defensa del Estado (CDE) no tardó en actuar y presentó una querella contra Farfán, Zarhi y otros exfuncionarios por malversación de fondos públicos, lo que puso a la exfuncionaria en la mira de la justicia.

La nueva administración, liderada por Sebastián Sichel, aún no ha definido los nombramientos en la Corporación Cultural, pero Farfán ha manifestado su intención de regresar.

A pesar de la situación legal que enfrenta, los asesores del alcalde han defendido los pagos, asegurando que son legales y correspondientes a las normativas laborales.

Durante la ceremonia de asunción de Sichel, Farfán estuvo presente y elogia el nuevo enfoque hacia la gestión pública.

Sichel enfatizó su compromiso con la probidad y el uso adecuado de los recursos estatales, afirmando: "Me duele profundamente el malgasto de dinero público."

No obstante, se espera que la controversia sobre las indemnizaciones continúe, ya que están en discusión tanto los contratos cuestionables como la situación de otros exfuncionarios que formaron parte del pasado gobierno.

Mientras tanto, Farfán ha intentado desvirtuar las acusaciones en su contra y ha insistido en que no debería ser responsabilizada por las decisiones tomadas previamente.

A pesar de ello, el CDE sigue firme en su postura y no ha retirado la querella.

Muchos preguntan qué sucederá si finalmente se confirma su retorno a la municipalidad, en un clima de creciente escrutinio sobre los manejos financieros y las relaciones en la administración pública de Ñuñoa.

Las próximas semanas serán cruciales para ver cómo se desenvuelve esta telenovela política.