A tan solo dos días del crucial encuentro de La Roja contra Brasil en las Clasificatorias Sudamericanas, las tensiones en el equipo no cesan. A los malos resultados se suman las ausencias de jugadores clave y controversias que no dejan de surgir, lo que pone en jaque la dirección de Ricardo Gareca.

En las últimas horas, el periodista Fernando Solabarrieta ha traído a la luz nuevas inquietudes y críticas desde el interior de la selección chilena. En una charla en la radio La Metro, dejó caer una bomba al cuestionar el enfoque táctico y metodológico del actual entrenador.

"Me contaron desde dentro de la selección que los ayudantes de Gareca no están aquí en Chile y que solo vienen para los partidos. Eso me parece inadmisible", comenzó diciendo Solabarrieta. El periodista expresó su preocupación acerca de cómo esto afecta la preparación del equipo.

Añadió que varios jugadores han comentado que Gareca tiene un estilo de entrenamiento que se siente desactualizado, señalando que "sus métodos no están a la altura de los tiempos actuales, lo cual preocupa a los seleccionados". Solabarrieta mencionó que algunos futbolistas sienten que el enfoque de Gareca evoca prácticas de los años 80, algo que les resulta inconcebible en el contexto de un fútbol profesional moderno.

Para ilustrar su punto, recordó las críticas que recibió el exentrenador de Colo Colo, Tocalli, por implementaciones similares en su metodología. "En aquellos tiempos de Tocalli, los jugadores hacían fila para disparar al arco, una táctica que ahora parece más bien un relicario de épocas pasadas que una estrategia efectiva para un equipo nacional que aspira a volver a lo más alto", explicó el comunicador.

La inquietud, según Solabarrieta, radica en que muchos jugadores que militan en ligas extranjeras acostumbrados a los estándares más exigentes, se ven enfrentados a un estilo de entrenamiento que no cumple con sus expectativas. Esto genera un ambiente de escepticismo hacia el técnico, cuya capacidad de adaptarse y modernizar su enfoque se pone en entredicho.

A medida que se aproxima el partido contra Brasil, estas declaraciones añadirán más presión sobre Gareca y su gestión al frente de La Roja, en una etapa ya de por sí crítica para el futuro del equipo.