(CNN) — La FDA de Estados Unidos ha estado advirtiendo desde 2003 que los antidepresivos pueden estar relacionados con pensamientos y conductas suicidas en jóvenes. Esta cautela llevó a una advertencia de recuadro negro para menores en 2005 y su extensión a adultos jóvenes en 2007. Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado que estas advertencias podrían haber tenido un efecto contraproducente.

La investigación, publicada en la revista *Health Affairs*, indica que estas alertas pueden haber disminuido la atención médica adecuada en la salud mental pediátrica y contribuir a un aumento alarmante en las intoxicaciones por medicamentos psicotrópicos y suicidios en niños y adolescentes. El Dr. Stephen Soumerai, principal autor del estudio y profesor en Harvard, comenta: “Analizamos la evidencia más confiable disponible y encontramos resultados preocupantes que sugieren que estas advertencias han tenido consecuencias no deseadas.”

El análisis incluyó 11 informes que revelan que, después de las advertencias, hubo un notable descenso en las visitas médicas para diagnóstico o síntomas de depresión. Sorprendentemente, menos del 5% de los jóvenes fue monitorizado, a pesar de las recomendaciones de la FDA, lo que refleja una grave falta de seguimiento en salud mental.

Más inquietante es el hallazgo de que ha habido un aumento significativo en los casos de intoxicaciones por medicamentos psicotrópicos y suicidios entre jóvenes, lo que indica que las advertencias, en vez de ayudar a prevenir estas tragedias, han llevado a un estigma y, en consecuencia, a una reducción en el tratamiento adecuado. Soumerai agrega que “es crucial que reconsideremos la efectividad de estas advertencias, ya que la evidencia muestra daños más consistentes que beneficios.”

Dado que la depresión es una de las principales causas de suicidio en Estados Unidos, estos hallazgos son alarmantes. La Dra. Lisa R. Fortuna, presidenta del Consejo de Niños, Adolescentes y sus Familias de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, subraya que aunque no se puede afirmar que estas advertencias causen directamente tendencias suicidas, sí han generado un temor que podría estar arriesgando la salud mental de los adolescentes. “Es vital que las familias y proveedores de salud sean informados sobre los riesgos de la depresión no tratada frente a los de los antidepresivos,” enfatiza Fortuna.

El estudio enfatiza la importancia de la comunicación entre psiquiatras, pediatras y familias respecto a estos riesgos. Con la crisis de salud mental que enfrenta el país, se hace aún más necesario que los profesionales de la salud tengan estrategias claras para asegurarse de que los adolescentes reciban el tratamiento que necesitan para la depresión.

Al final, este estudio plantea la urgente necesidad de revisar cómo se comunican los riesgos de los antidepresivos y su posible impacto en el bienestar de los jóvenes. ¡Urgente alerta para la FDA y el sistema de salud en general! ¿Estamos haciendo más daño que bien? Es hora de revaluar cómo cuidamos la salud mental de nuestras futuras generaciones.