En el reciente Seminario de Actualización en Salud Mental titulado “Violencia y salud mental en la educación médica: Reflexiones desde las Ciencias Sociales”, se discutieron las alarmantes condiciones que fomentan una cultura de violencia hacia los estudiantes de medicina, según reportó la Gaceta de la Facultad de Medicina de la UNAM.

María Alejandra Sánchez Guzmán, experta de la División de Estudios de Posgrado de la FM, analizó la conexión entre la violencia y la salud mental en entornos educativos. “Las experiencias negativas en el entorno social, como la discriminación y el acoso, están directamente relacionadas con un incremento en el estrés y síntomas depresivos, lo que a menudo llevan a la internalización de problemas emocionales durante la infancia”, destacó.

Investigaciones han corroborado que la exposición al racismo, discriminación y violencia no solo perjudica la salud mental de los estudiantes, sino que el estigma asociado con estos problemas disuade a muchos de buscar la ayuda que tanto necesitan. Esta situación plantea una preocupación creciente, ya que las tasas de depresión, ansiedad y síndrome de agotamiento profesional son significativamente elevadas entre los estudiantes de medicina, junto con un aumento de ideaciones suicidas.

Sánchez también manifestó que este fenómeno puede atribuirse a un contexto cultural, social y económico que induce a los estudiantes a ingresar a la universidad con niveles extremos de estrés y ansiedad, motivados por una feroz competencia, presión social sobre el éxito y la cultura del perfeccionismo.

En el ámbito hospitalario, se ha identificado un “sistema cultural” que perpetúa la violencia, con la jerarquía tradicional y métodos de enseñanza basados en la intimidación y humillación como núcleos del problema.

Particularmente en las especialidades de Cirugía, Medicina Interna y Anestesia, se ha documentado que la violencia sexual, en muchas ocasiones perpetrada por profesores o compañeros de mayor rango, es una de las formas más comunes de agresión. Se subraya que las mujeres sufren hasta cuatro veces más hostigamiento sexual en comparación con sus pares masculinos.

Ana Carolina Rodríguez Machain, académica de la Coordinación de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM), añadió que la exposición a la violencia puede desencadenar ansiedad, depresión y trastornos de estrés postraumático. Estas condiciones impactan negativamente no solo en la formación académica de los futuros médicos, sino también en su futura práctica profesional al estar inmersos en un entorno donde la agresión, las jerarquías y elementos culturales influyen de manera directa.

La salud mental de los estudiantes de medicina no es solo una preocupación educativa, sino una cuestión de salud pública que necesita atención inmediata. Sin prioridades claras en prevención y tratamiento por parte de las instituciones, el futuro de estos profesionales de la salud podría estar en peligro. ¡Es hora de tomar medidas urgentes!