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¡La sorprendente historia de Carlos Martel, la momia chilena que sorprendió al mundo!

2024-10-07

Autor: Sofía

Carlos Martel es el nombre de una momia fascinante que se encuentra en el Museo de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y su historia está llena de giros inesperados.

Conocido como uno de los cuerpos momificados más intrigantes del país, su historia plantea más preguntas que respuestas. ¿Quién fue realmente Carlos Martel? La narración gira en torno a dos versiones distintas de su destino.

Los relatos indican que Carlos era un francés que había decidido dejar Europa después del desastre de la Primera Guerra Mundial. Al llegar a Chile, se instaló en el barrio Independencia, junto al río Mapocho, donde rápidamente se hizo conocido entre los estudiantes de Medicina por organizar fiestas y actividades sociales.

Según el doctor Raúl Etcheverry, autor del libro "Huella y Presencia de la Facultad de Medicina", la vida de Carlos cambió drásticamente cuando desapareció misteriosamente, solo para ser hallado sin vida en el pabellón de Anatomía. Los estudiantes, triste pero intrigados por su partida, tomaron una extraña decisión: lo embalsamaron con la esperanza de que pudiera permanecer a su lado, dado que las posibilidades de que regresara a su tierra natal eran nulas.

Sin embargo, existe otra versión más insólita que proviene del doctor Julio Cárdenas. Este relato sugiere que la momia fue, en realidad, un cadáver robado del Instituto de Anatomía, destinado para la ambientación de una obra teatral llamada “La clínica”, que los estudiantes planeaban presentar en el Teatro Municipal. Pero el plan se tornó caótico cuando el director del teatro, al darse cuenta de que se trataba de un verdadero cadáver, lo devolvió. Los estudiantes eran ahora cómplices de un robo, y como resultado, decidieron guardar el cuerpo y exhibirlo en sus reuniones, brindando con él como si fuera un miembro más del grupo.

A lo largo de los años, esta cofradía de alumnos de Medicina mantuvo vivos recuerdos de Carlos Martel, y eventualmente, uno de ellos decidió donar la momia al mencionado museo, donde hoy atrae tanto a curiosos como a estudiantes de medicina.

La momia de Carlos Martel no solo es un objeto de estudio, sino también un símbolo de la historia peculiar de la vida estudiantil en Chile en la década de 1930. Con una mezcla de nostalgia, diversión y un toque de misterio, su legado perdura, y su historia continúa intrigando a quienes la descubren. Sin duda, ¡un capítulo igualmente escalofriante y fascinante de la historia chilena que merece ser contado!