VALÈNCIA. Un reciente estudio revela que las regiones que dependen en gran medida del turismo enfrentan niveles de bienestar notablemente inferiores comparados con aquellas economías más diversificadas en sectores como la industria o la educación. Este análisis forma parte del informe Distribución de la Renta de los Hogares en España, elaborado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie.)

Los investigadores, Carmen Herrero y Carlos Albert, establecieron un indicador sintético de bienestar que combina tres variables esenciales: oportunidades de renta, desigualdad entre individuos e índices de pobreza. Este enfoque incluye tanto la pobreza relativa como la pobreza extrema, o riesgo de exclusión social. El estudio compara la evolución de varias regiones en los años 2015, 2019 y 2021, lo que permite evaluar el progreso o el retroceso en estas áreas.

Los hallazgos son contundentes. A nivel autonómico, provincial y municipal, las zonas con alta dependencia del turismo, como es el caso de la provincia de Alicante, presentan indicadores de bienestar alarmantemente bajos. Alicante figura incluso en la penúltima posición a nivel nacional en oportunidades de renta y se posiciona entre las regiones con una de las mayores desigualdades. Alarmantemente, es la segunda provincia con mayor pobreza relativa y la tercera en cuanto a índices de exclusión social, alcanzando un impactante 13,9%.

¿Cómo mejorar el índice de bienestar en lugares turísticos?

Los investigadores apuntan que las actividades económicas en Alicante generan menos beneficios directos para la población en comparación con provincias más industrializadas como Castellón o Valencia. Además, las infraestructuras educativas, como universidades y parques tecnológicos, son cruciales. Este tipo de instalaciones atraen a segmentos poblacionales con mayores ingresos, lo que facilita una distribución de la riqueza más equitativa.

Los datos muestran que de los 15 municipios en la Comunidad Valenciana con más de 50,000 habitantes, cinco de ellos son de Alicante. Sin embargo, San Vicente del Raspeig y Alcoy destacan en la lista gracias a sus campus universitarios. Herrero menciona que "una infraestructura educativa cercana puede mejorar los niveles de renta de la ciudad, una tendencia que se ha observado en todo el país".

El estudio también revela que la adaptación al cambio tecnológico es un reto significativo para localidades con industrias obsoletas. Esta situación no solo limita el desarrollo económico, sino que también contribuye a la disminución del bienestar en estas áreas. La provincia de Alicante está particularmente afectada, ya que sus modelos económicos tradicionales necesitan una transformación urgente para evitar un mayor estancamiento.

El debate sobre la tasa turística

En lo que respecta al turismo, los investigadores subrayan la problemática en la distribución de ingresos generados por este sector. "El impacto depende en gran medida de cómo se gestiona la oferta turística", añade Herrero. La implementación de una posible tasa turística podría ofrecer "mejoras" a la situación económica de municipios como Alicante.

Con el turismo en auge y el Aeropuerto de Valencia operando por encima del millón de pasajeros al mes, el debate sobre la tasa turística en la Comunidad Valenciana ha cobrado renovada relevancia. Este verano, las pernoctaciones hoteleras han superado los 10 millones, sin contar las estancias en apartamentos y otras modalidades de alojamiento.

Con cifras récord y la necesidad de una respuesta adecuada a los desafíos del turismo, la pregunta persiste: ¿qué caminos tomarán las administraciones para garantizar que la dependencia del turismo no acabe perjudicando a la comunidad en su conjunto?