Un equipo de investigadores de la Universidad de Canberra y el Kuwait College of Science and Technology ha hecho un descubrimiento asombroso en la identificación de la enfermedad de Parkinson. A través del análisis de la cognición emocional, un proceso que examina las respuestas del cerebro a las emociones provocadas por estímulos visuales como videoclips e imágenes, se ha logrado un diagnóstico con alta precisión.

Publicados en la revista Intelligent Computing, los hallazgos evidencian un método diagnóstico novedoso que podría reemplazar los enfoques tradicionales, que a menudo dependen de la percepción clínica y autoevaluaciones de los pacientes. El estudio titulado 'Explorando el análisis afectivo basado en electroencefalografía y la detección de la enfermedad de Parkinson' indica que las reacciones emocionales de los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa son marcadamente diferentes a las de las personas sanas.

Una de las observaciones más alarmantes es que los pacientes tienen serias dificultades para reconocer emociones básicas como el miedo, el asco y la sorpresa, e incluso confunden emociones opuestas, dificultando su vida diaria. Además, los pacientes tienden a enfocarse más en la intensidad de las emociones en lugar de en su naturaleza positiva o negativa, indicando una alteración significativa en su procesamiento emocional.

El equipo de expertos realizó un registro electroencefalográfico (EEG) de 20 pacientes diagnosticados con Parkinson y de 20 individuos sanos, mientras observaban imágenes y vídeos diseñados para evocar respuestas emocionales. Las mediciones EEG, que capturan la actividad eléctrica del cerebro, se analizaron con tecnología de aprendizaje automático, lo que permitió identificar patrones específicos que diferencian a los pacientes de individuos sanos.

El método alcanzó una puntuación F1 de 0,97 o superior, cifra que respalda su excepcional precisión y validez diagnóstica. La puntuación F1, que combina precisión y recuperación, ofrece una referencia confiable para evaluar la efectividad del diagnóstico. Los investigadores utilizaron descriptores clave de EEG, incluidos vectores de potencia espectral y patrones espaciales, para maximizar la identificación de señales emocionales.

Este estudio plantea una posibilidad fascinante: las mediciones EEG pueden no solo distinguir eficazmente entre personas con y sin Parkinson, sino que también revelan cómo estos pacientes procesan las emociones de manera diferente. Los hallazgos subrayan una comprensión más profunda de la excitación emocional en lugar de la valencia emocional, lo que podría tener implicaciones importantes para tratamientos y apoyo emocional en estos pacientes.

Los científicos destacan la relevancia de incorporar tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y la computación afectiva en el análisis emocional. Estas herramientas han permitido detectar automáticamente diferencias en la actividad cerebral emocional, y los investigadores enfatizan que el aprendizaje automático ha sido crucial para nuestra comprensión de las distinciones entre los grupos estudiados.

De cara al futuro, los autores del estudio sugieren que la combinación de neurotecnología y algoritmos de inteligencia artificial puede ofrecer un camino prometedor para la detección temprana y el diagnóstico preciso del Parkinson. A medida que estas tecnologías continúan evolucionando, es posible que la monitorización cerebral emocional se convierta en una herramienta clínica indispensable para evaluar la salud neurológica, lo que podría cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.