Al menos cuatro policías y cinco insurgentes han perdido la vida en un ataque terrorista ocurrido en el noroeste de Pakistán, justo un día antes de que se dé inicio en Islamabad a la cumbre de jefes de Gobierno de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un evento muy esperado que ha llevado a reforzar la seguridad en toda la capital.

Según el oficial de policía Aijaz Khan, la operación en la que se produjo el ataque fue finalizada y los cinco agresores han sido neutralizados. El hecho tuvo lugar en Bannu, en la provincia Khyber Pakhtunkhwa, donde hombres armados y camuflados irrumpieron en una sede policial.

El grupo terrorista Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) ha reivindicado la autoría del ataque, lo que señala un entorno de creciente violencia en el país. Este ataque se suma a otros recientes actos de violencia que han despertado una seria preocupación sobre la seguridad de los asistentes a la cumbre.

La cumbre contará con la presencia de líderes de varios países, incluidos los primeros ministros de China, Li Qiang, y de Rusia, Mijaíl Mishustin, junto a otros dignatarios de los diez Estados miembros: Bielorrusia, China, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.

En medio de un repunte de ataques armados, especialmente dirigidos a ciudadanos extranjeros, las autoridades paquistaníes han implementado drásticas medidas de seguridad. En Islamabad, se han desplegado 3,000 agentes de seguridad en la base aérea de Nur Khan, además de 1,000 efectivos adicionales en el aeropuerto de la capital.

Las autoridades han identificado 43 puntos críticos en las rutas entre estos aeropuertos y el área de alta seguridad que albergará la cumbre. Varios atentados previos han dejado un saldo trágico, como el ocurrido el 7 de octubre, que resultó en la muerte de dos ciudadanos chinos en Karachi.

La preocupación crece por los ataques sistemáticos contra ciudadanos chinos, que han aumentado dramáticamente en los últimos años. En marzo, cinco ingenieros chinos también perdieron la vida en un ataque en Khyber Pakhtunkhwa, lo que pone en alerta a la comunidad internacional sobre la seguridad de sus ciudadanos en Pakistán.

Con la cumbre de la OCS a la vista, la preocupación por la seguridad no podría ser más alta. La comunidad internacional observa atentamente cómo responderá Pakistán a esta creciente ola de violencia y cuáles serán las implicaciones para las relaciones exteriores del país.