En un triste suceso ocurrido en Piura, Nohemy Vinces, una estudiante de medicina de tan solo 19 años, fue hallada sin vida en su habitación ubicada en la urbanización Los Jazmines. El inesperado descubrimiento fue realizado por un familiar que había llegado desde Tumbes, su ciudad natal, para visitarla. Al entrar a su cuarto, lo que encontró fue desgarrador: la joven estaba recostada en su cama sin signos vitales.

Nohemy era una brillante estudiante de la Universidad César Vallejo y compartía el apartamento con su pareja, quien ahora se convierte en el principal sospechoso según indicios recabados por la familia. Las circunstancias que rodean su muerte son inciertas y han dejado a sus seres queridos sumidos en la angustia y el dolor.

Las autoridades, respondiendo con celeridad a este trágico evento, han trasladado el cuerpo de Nohemy a la morgue de Piura para llevar a cabo las investigaciones necesarias que permitan esclarecer los motivos de su fallecimiento.

Familiares de la víctima expresan su deseo vehemente de justicia, demandando que las autoridades profundicen en la investigación y actúen de manera expedita para garantizar que se descubren la verdad y se castigue a los responsables. La comunidad universitaria, al igual que amigos y conocidos de Nohemy, se han mostrado inquietos y consternados, esperando respuestas claras sobre esta tragedia.

Las investigaciones continúan mientras se aguarda el informe de la autopsia y otros análisis forenses que podrían proporcionar información crucial sobre lo sucedido. En Perú, los feminicidios son un tema alarmante y recurrente. Entre 2018 y 2022, más de 40 hombres fueron condenados por feminicidio, según un análisis de sentencias. La mayoría de estos hombres, sorprendentemente, no tenían antecedentes penales y presentaban niveles educativos variados, lo que pone sobre la mesa la urgencia de abordar el machismo como un problema de raíz en la sociedad peruana.

El estudio del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos resaltó que muchos feminicidas, aunque habían completado la educación secundaria o incluso superior, exhibían comportamientos machistas profundamente arraigados. Las motivaciones detrás de estos crímenes a menudo incluyen celos, disputas económicas y nociones erróneas sobre el control en las relaciones. Este patrón de violencia de género refleja una cultura que perpetúa el ciclo de abuso y dominio sobre las mujeres, lo cual es inaceptable.

Es imperativo que se le dé a conocer a las autoridades la gravedad de esta problemática. La muerte de Nohemy Vinces no puede ser solo un número más en las estadísticas de violencia de género; debe ser la llamada de atención para un cambio significativo en cómo la sociedad enfrenta y condena el machismo y la violencia contra las mujeres.