VALENCIA (EFE). En un momento crucial después de las devastadoras inundaciones, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha emitido un potente aviso este martes: es imperativo mantener y reforzar la vacunación frente a la gripe y la COVID-19 entre los grupos vulnerables de las áreas afectadas por las recientes catástrofes. Este consejo surge ante el temor de un previsible aumento en la transmisión de enfermedades en esta época del año.

Casi un mes después de la tragedia, la SEE ha indicado que, si bien el riesgo de enfermedades infecciosas es actualmente bajo, las severas inundaciones podrían incrementar dicho riesgo o agravar patologías ya existentes.

Por ello, subrayan la importancia de reforzar las medidas de prevención no farmacológica, tales como el lavado frecuente de manos, el uso de guantes resistentes y mascarillas, así como la necesidad urgente de intensificar la vigilancia epidemiológica en la región.

A pesar de que los expertos consideran innecesarias las campañas de vacunación masiva, insisten en la revisión del calendario de vacunación e instan a identificar a los grupos más vulnerables, tales como las personas mayores, aquellas con comorbilidades, las embarazadas y aquellas en riesgo de exclusión social.

En referencia al tétano, a pesar de que las tasas de vacunación en España son bastante altas, recuerdan que las heridas sufridas durante las labores de limpieza pueden contener esporas del microorganismo causante de la enfermedad. Por lo tanto, quien sufra alguna herida en estas labores necesita consultar con su centro de salud para verificar si hace falta una dosis de recuerdo de la vacuna antitetánica.

Con una baja incidencia de hepatitis A en el país, la SEE recomienda la vacunación a aquellos trabajadores en contacto con aguas residuales, del alcantarillado o el subsuelo, quienes son más susceptibles de contraer la enfermedad.

Dada la época del año, los epidemiólogos resaltan la necesidad de no solo mantener, sino también de reforzar la vacunación contra la gripe y la COVID-19. Esto es esencial para no complicar aún más la delicada situación de los afectados por las inundaciones y los servicios sanitarios que les asisten.

Finalmente, recalcan la importancia de revisar el estado de vacunación frente a la hepatitis B entre el personal sanitario y de servicios esenciales, así como entre los pacientes que asisten a los servicios médicos y los voluntarios desplazados. También abogan por asegurar la vacunación contra la triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) y contra la varicela.

Desde la SEE se alertan sobre las infecciones no inmunoprevenibles que podrían surgir tras la inundación, como la gastroenteritis, leptospirosis y neumonía por aspiración de microorganismos como Legionella pneumophila, responsable de la legionelosis. La única prevención contra estas enfermedades radica en aplicar estrictas medidas de higiene y sanitarias, así como intensificar la vigilancia epidemiológica para detectar posibles brotes de forma temprana.

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