Salud

¡Alerta sanitaria! Mónica García manipula datos sobre la tuberculosis mientras el problema empeora

2025-03-26

Autor: Laura

El pasado 24 de marzo, coincidiendo con el Día Mundial contra la Tuberculosis, se desató un escándalo que sacudió la opinión pública: Lucas Pérez, futbolista gallego del PSV Eindhoven, fue diagnosticado con tuberculosis activa. Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad, liderado por Mónica García, anunciaba orgullosamente una disminución del 22% en los casos de tuberculosis desde 2015. ¿Pero es esta realidad realmente tan positiva como se presenta?

Un análisis minucioso de los datos revela que la realidad es mucho más compleja. Según el Ministerio, España tuvo una tasa de 8,2 casos por cada 100.000 habitantes en 2023, lo que justificaría su alarde de éxitos. Sin embargo, el informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) contradice esta afirmación, al reportar 4,208 casos y una tasa de 8,8, incluso por encima de la media europea de 8,6.

Pero aquí es donde la historia se complica. Mónica García, en un intento por embellecer la narrativa, ha optado por concentrarse solo en los llamados "casos autóctonos", excluyendo a más de 260 personas que desarrollaron la enfermedad en España, pero que no nacieron allí. ¿Es esto una verdadera representación de la situación sanitaria?

Desde 2020, la tuberculosis ha empezado a repuntar: los datos muestran que la tasa ha pasado de 7,7 a 8,8, lo que implica un alarmante aumento del 15% entre 2020 y 2023. Esto indica que la tendencia no solo es una anomalía, sino un problema creciente que necesita atención inmediata, vigilancia y control, y no eufemismos ni distorsiones de la información.

La tuberculosis es uno de los mayores retos de salud pública a nivel global. Según la OMS, en 2023, 1,25 millones de personas murieron a causa de esta enfermedad, y más de 10 millones contrajeron la infección. En este contexto global, los datos de España son aún más preocupantes. Este 2023, casi el 50% de los casos notificados correspondieron a personas nacidas fuera del país, según la última información de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Sin embargo, la ministra parece ignorar esta realidad crucial.

Las comunidades autónomas muestran discrepancias significativas: En Ceuta (28,9), Melilla (14,0), Cataluña (12,3), Galicia (11,2) y el País Vasco (10,9), las cifras de casos superan ampliamente la media nacional. En contraste, otras regiones como Navarra (5,1) y Canarias (5,3) están notablemente por debajo. Esta desigualdad subraya la necesidad de estrategias de salud pública más adaptadas a las realidades locales.

El Informe del ECDC coloca a España en la posición 24 de incidencia de tuberculosis en la UE/EEE, una posición poco envidiable. La falta de transparencia y la minimización de datos sobre casos importados no solo distorsionan la realidad, sino que obstaculizan una verdadera comprensión del problema.

Es apremiante que el Ministerio de Sanidad abandone la narrativa triunfalista y reconozca la creciente ola de tuberculosis. La enfermedad se propaga no solo por el aire, sino también a través de la desinformación. El verdadero reto radica en abordar la crisis comunicativa que parece reinar en las instituciones sanitarias.