Ciencia

Carmen Núñez, socióloga: “Tengo 66 años cronológicos, pero mi edad real es de 58; es crucial descubrir nuestra verdadera edad”

2025-04-06

Autor: David

Carmen Núñez Cuenca es una reconocida socióloga que se ha dedicado a la investigación sobre el envejecimiento, ofreciendo una perspectiva renovadora que desafía los estereotipos sobre la madurez. En un mundo que a menudo margina a las personas mayores, su labor resalta la importancia de visualizar la longevidad como un periodo de bienestar y vitalidad.

Autora de obras como *Descubre tu verdadera edad* y *La auténtica sensualidad empieza a los 50*, Núñez aboga por redescubrir el poder de los mayores. La socióloga sostiene que la edad es simplemente un número y que la auténtica sensualidad florece con el tiempo. Su mensaje es claro: celebrar la belleza, el erotismo y la plenitud existen en cada etapa de la vida, especialmente en la madurez.

Su viaje hacia el estudio del envejecimiento comenzó a los 46 años, tras enfrentar una crisis física y emocional, agravada por la enfermedad de sus seres queridos. Fue en ese punto que decidió dejar las pastillas y se sumergió en la investigación sobre un envejecimiento saludable. Encontró inspiración en libros como *La estrategia de la longevidad* de David Mahoney y Richard Restak, lo que la llevó a comprometerse a envejecer de forma ágil y sin medicación.

Núñez enfatiza que, al adentrarse en el mundo del envejecimiento, pronto se convirtió en una referente para amigos y familiares en busca de consejos. Esto la llevó a dar un giro profesional al adelantarse a su jubilación y enfocarse enteramente en la investigación y la divulgación de conocimientos sobre longevidad y bienestar.

“Hoy, con 66 años, me siento genial. Mi edad cronológica no define quién soy; mi edad real es de 58 años. Esta cifra resulta de combinar mi edad biológica y mi percepción personal”, comparte Núñez. Para ella, es fundamental entender las diferencias entre edad cronológica, biológica y autopercibida. Mientras la edad cronológica se refiere al tiempo transcurrido desde el nacimiento, la biológica evalúa el estado físico y la autopercibida refleja cómo nos sentimos respecto a nuestra edad.

Además de estas, existe la edad psicológica, que se relaciona con nuestra percepción del paso del tiempo, la edad social, que define cómo interactuamos con nuestro entorno, y la edad prospectiva, que estima el tiempo que nos queda por vivir. Este último concepto es particularmente relevante, ya que se basa en la esperanza de vida y no solo en la cantidad de años vividos.

"Es esencial que la sociedad comprenda estas dimensiones de la edad. La mayoría sigue fijándose únicamente en la cronológica, sin saber que hay factores tan importantes que realmente definen nuestra experiencia de vida", añade.

Referente al debate sobre la posibilidad de ajustar la edad legal para que esté alineada con la edad biológica o autopercibida, Núñez cita el caso de un empresario holandés que intentó cambiar su edad legal de 69 a 49 años. Aunque su solicitud fue rechazada, esto generó discusiones relevantes sobre cómo la sociedad percibe la edad.

"Envejecer no solo implica cumplir años; es un proceso que debe considerar factores biológicos, psicológicos y sociales. Adoptar un enfoque integral puede llevar a una longevidad más saludable", concluye.

Su segundo libro, *La auténtica sensualidad empieza a los 50*, está dirigido principalmente a mujeres. Sin embargo, los consejos que comparte son aplicables para todos. "La verdadera sensualidad es algo que se cultiva, se trata de disfrutar conscientemente de los pequeños placeres de la vida", afirma.

En la segunda mitad de la vida, cultivar la sensualidad se vuelve esencial para una experiencia más plena. El interés creciente de los adultos mayores por su apariencia es también un reflejo de una evolución cultural que busca redefinir los estándares de belleza.

Núñez, que atrae la atención sobre la aceptación de sí misma en la madurez, sostiene que “la clave está en adoptar una mentalidad positiva hacia el envejecimiento y romper con los estereotipos”. Su propósito es promover una belleza que acepte las imperfecciones y valore el bienestar integral en todas las etapas de la vida.